El presidente del Gobierno canario rechaza públicamente de nuevo la extracción de tierras raras en la isla de Fuerteventura: «El Gobierno de Canarias tiene claro que las cosas las hace con consenso y escuchando a la ciudadanía».
Así contestaba a Nicasio Galván, diputado de VOX en el parlamento regional, en la sesión de control del Pleno. «Yo entiendo que su jefe en Madrid, para quedar bien con Donald Trump, diga pueden venir a Canarias a desvalijar todas las riquezas», respondía Fernando Clavijo, y añadía que el Gobierno y el Parlamento está para esto.
También reprochaba a Galván que trate a los canarios como «ignorantes»: «Esto no es un metro cuadrado, es el establecimiento de una investigación, y si se encuentran no va a ser un metro cuadrado». «No somos tontos», añadía el presidente.
Clavijo mostraba su deseo de diversificar la economía canaria, nombrando la industria de «microchips y semiconductores», destacando el papel de las empresas y startups canarias; y dejaba claro el modelo que quiere impulsar su gobierno: «Diversificar la economía no es establecer una cantera en Fuerteventura».
Fuerteventura en contra de las prospecciones
En abril de 2024 conocíamos la noticia de que, tanto la sociedad majorera como sus instituciones, rechazaban la búsqueda de tierras raras en la Isla.
El Cabildo y los seis ayuntamientos de la Isla se oponían entonces a las prospecciones, “una de las actividades más contaminantes del planeta con graves riesgos para el territorio, el medio ambiente y las personas”, según la presidenta insular, Lola García. Esto era fruto de una solicitud presentada al Gobierno de Canarias por Tenáridos, empresa del grupo canario Satocan, para explorar un total de 131 cuadrículas mineras de Fuerteventura.
García advirtió del daño que causaría «una actividad minera invasiva que produce alta contaminación por el desecho de materiales radioactivos producidos del subsuelo, que no es compatible ni con nuestro modelo de Isla y, ni mucho menos, con el respeto al medioambiente y la biodiversidad».