
El Cabildo de Tenerife, presidido por Rosa Dávila (Coalición Canaria), ha propuesto la implantación de una ecotasa turística que gravaría las pernoctaciones de visitantes no residentes en la isla. La iniciativa, que será debatida en el próximo congreso insular de CC, busca generar ingresos destinados a proyectos de sostenibilidad, cohesión social y adaptación al cambio climático.
La propuesta contempla exenciones para residentes canarios, menores de edad, personas que viajen por motivos médicos o laborales y se aplicaría tanto a alojamientos hoteleros como a viviendas vacacionales.
El Partido Popular, socio de gobierno de CC en el Cabildo, ha mostrado su oposición a la medida. El vicepresidente insular, Lope Afonso (PP), ha calificado la propuesta de «ocurrencia» y ha reiterado que su partido no tiene intención de variar su postura contraria a la tasa turística.
El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, la ha tildado de «populista» y ha cuestionado su eficacia, argumentando que el problema no es económico sino de gestión y planificación.
Desde el ámbito social y medioambiental, la Fundación Telesforo Bravo ha considerado la medida insuficiente si no se acompaña de una moratoria turística y un control más estricto del acceso a espacios naturales.
En paralelo, el Cabildo ha anunciado la implantación de una ecotasa específica para acceder al pico del Teide a partir de 2026. Esta medida se enmarca en una estrategia más amplia de conservación del Parque Nacional, que incluirá restricciones de acceso vehicular mediante lanzaderas eléctricas, refuerzo de la vigilancia y sanciones más estrictas por infracciones ambientales.
La propuesta de la ecotasa turística surge en un contexto de creciente presión social para cambiar el modelo económico y turístico de las islas. Movimientos como «Canarias tiene un límite» han convocado manifestaciones para el próximo 18 de mayo, exigiendo medidas concretas contra la masificación turística y en favor de la sostenibilidad.
Coalición Canaria ha justificado su cambio de postura en la necesidad de «escuchar a la sociedad» y responder a las demandas ciudadanas. Sin embargo, la falta de consenso político y las críticas desde diversos sectores plantean interrogantes sobre la viabilidad y efectividad de la medida.
El debate sobre la ecotasa turística en Tenerife continúa abierto, con posiciones encontradas que reflejan la complejidad de equilibrar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente y el bienestar social.