Visocan perdió un millón de euros por culpa de los swaps durante 2013
Muy caro le ha salido en los últimos años a la empresa Viviendas Sociales e Infraestructuras de Canarias (Visocan) hacer frente a las obligaciones derivadas de los swaps, productos financieros de alto riesgo, que tiene contratados desde 2004. El gerente de la empresa pública del Gobierno autonómico, Víctor González, admitió esta mañana en el programa de Teide Radio Despierta Tenerife que sólo en 2013 la sociedad que dirige perdió "en torno a un millón de euros", el último dato que dijo tener disponible. Una cifra que se suma a los 2,1 millones que se habían ido por el sumidero de Visocan hasta 2012, según informó en octubre de ese año el periódico La Provincia.
Viviendas Sociales e Infraestructuras Canarias tiene contratados un total de cinco swaps que mantiene en vigor con tres entidades: Merrill Lynch, Societé Generale y Banco Santander. Para el director gerente de Visocan este es un mal de muchos, "no solo de las administraciones pública, sino principalmente de empresas privadas", explicó. "Actualmente, todos los contratos de swaps o de cobertura de préstamo que se han firmado están generando pérdidas", argumentó Víctor González durante la entrevista radiofónica.
El problema es que la sangría financiera que sufre Visocan por embarcarse en la aventura de los productos de alto riesgo no tendrá una solución a corto plazo. El gerente de la empresa pública aseguró que los contratos "finalizan en 2017 y 2018", aunque no se atrevió a adelantar su previsión sobre el balance de los próximos ejercicios. "Tendríamos que ver cómo varían los tipos de interés y el IPC en los próximos años", concluyó el gerente, pese a que la evolución del Euribor y el índice de precios no auguran excesivos cambios a corto plazo.
Sólo en 2012 las pérdidas de la empresa pública de Canarias por estos productos también alcanzaron un total de 1.077.373 euros, todo lo contrario a los resultados que ofrecían los swap en sus inicios, cuando llamaron la atención de la sociedad encargada de la promoción de viviendas en el Archipiélago. El primer producto que se compró, el de Merril Lynch, costó 100 millones. En aquella época, con el precio del dinero por encima del 2%, el contrato daba beneficios a Visocan. La lotería financiera cambió con el estallido de la crisis en 2007 y los constantes vaivenes del mercado, que agudizaron a partir de 2009. “Hay que analizarlo en su conjunto, no solo en un ejercicio, sino desde el inicio, porque habría que hacer el cómputo para ver si se ha perdido o se ha ganado, porque hay años donde ha habido beneficios y otros donde ha habido pérdidas”, recalcó Víctor González.
Lo que dejó claro el gerente de Visocan es que no hay posibilidad de negociar una posible flexibilidad en los pagos, ya que "esos contratos se firmaron en su día y tienen unos plazos determinados que hay que respetar; es lo mismo que la deuda hipotecaria, lo firmado hay que atenderlo hasta su finalización", en contra de la decisión que se tomó a principios de 2013 para encargar a la firma Garrigues la negociación de los cinco swaps contratados por la sociedad pública, como informó el periódico ABC.