El municipio de Los Realejos se prepara para vivir su jornada grande de Cruces y Fuegos del día 3 de mayo. Desde la previa, el día 2, se palpa el fervor religioso en torno a la Cruz engalanándose más de 300 maderos en el municipio, mientras que el día 3 la localidad de Los Realejos exhibe un espectáculo de pirotecnia único en Europa en un singular pique entre dos calles, la de El Sol y la de El Medio, quienes rivalizan de manera sana en sus ofrendas de flores y de pirotecnia a la Santa Cruz.
Es la fiesta de Cruces y Fuegos de Mayo, una ceremonia que cuenta con más de 250 años de historia y que llena las calles de enrames, mezclando el olor a flores con la pólvora que ilumina los cielos de esta localidad tinerfeña.
Esta Fiesta de Interés Turístico Nacional, que pretende convertirse en una fiesta reconocida también a nivel Internacional, será emitida por primera vez a nivel regional gracias al canal autonómico de Mírame TV. Esta emisión permitirá que los Fuegos de Mayo de Los Realejos se puedan ver en todo el Archipiélago. Gracias también, a la colaboración del Ayuntamiento de Los Realejos y de la concejalía de Fiestas del consistorio.
El alcalde de Los Realejos, Adolfo González, explicó que “el día previo se siente el ambiente de celebración, especialmente en el núcleo de La Cruz Santa, y es que es tradición realejera comenzar a visitar los enrames de los maderos durante la noche del día 2 de mayo, en una jornada donde los vecinos abren sus casas para aquellos que visitan las más de 100 cruces que se encuentra en esta zona del municipio, a las que se suman en torno a otros dos centenares a lo largo y ancho de la localidad”.
El acuerdo de Mírame TV con +MediaTV permitirá también que esta emisión, en abierto a nivel Internacional, pueda ser tomada por otras televisiones de ámbito Internacional para que puedan mostrar lo que sucederá, como es tradición cada 3 de mayo, en el municipio de Los Realejos.
La tradición
El municipio de Los Realejos cuenta con más de tres centenares de cruces que, en capillas, fachadas, templos, casas particulares, ocupando cabeceras de calles, riscos y peñas en el mar y en el monte, serventías, caminos reales, miradores o simplemente clavadas en el suelo, son signos de identidad. Son miles los turistas y visitantes que acuden cada 3 de mayo para admirar y disfrutar de los monumentos florales que el fervor realejero levanta a los pies de sus cruces, como las de las calles de El Sol y El Medio, y las del núcleo de La Cruz Santa, un lugar donde se vive de forma distinta una hermosa costumbre, que consiste en adornar y embellecer las pequeñas cruces domésticas para luego abrir sus puertas a todos los visitantes.
Detrás de la celebración de esta festividad se esconden una serie de circunstancias que han sido la clave fundamental para su supervivencia y desarrollo. En lo que a las calles de El Sol y de El Medio se refiere: la rivalidad, el llamado “pique”, entre ellas se remonta a 1770, que en épocas pasadas ha estado a punto de desembocar en un auténtico “estado de guerra” y provocar altercados de incalculables dimensiones, contemplados hoy como meras anécdotas y como un componente enriquecedor de las fiestas. Existían dos clases sociales bien diferenciadas: los propietarios de las tierras por donde discurría la calle de El Medio, también conocida como calle de los Marqueses, y los medianeros y pequeños campesinos de la calle de El Sol. Tras la emigración a Venezuela, ocurrida años atrás, estos contrastes económicos tan pronunciados han desaparecido.
Así, el “pique” o la sana rivalidad entre ambas calles comienza históricamente como un día de conflicto simulado entre marqueses y campesinos. La porfía consistía en que, al paso de la Cruz en procesión, cada calle encendía hogueras, humos de colores y se hacía mucho ruido, de modo que ganaba aquella que mayores fogatas, mayores columnas de humo o más ruido hubiera hecho. Pero tras la irrupción de las pirotecnias en estas fiestas, se pasaron a vivir auténticas batallas campales con petardos y voladores que surcaban el cielo en horizontal buscando la calle “enemiga”.
Antiguamente, cuando la Cruz llegaba en procesión a cada calle comenzaba la celebración con gritos y estampidos ocasionados por los fuegos de explosión, formados por tracas y regueros de pólvora colocados por los fieles en las aceras y zaguanes de las casas, que al estallar ocasionaban un gran estruendo. Con el paso del tiempo la imaginación hizo que se fuera perfeccionando esta forma de expresión. Hoy en día, Los Realejos es, sin duda, uno de los centros pirotécnicos más importantes de España y de Europa. Actualmente la Pirotecnia Hermanos Toste representa a la calle de El Sol, mientras que la calle El Medio desde el año 2007 cuenta con la pirotecnia Hermanos Caballer de Valencia. Son ellas las encargadas de reproducir ese pique ante los vítores y aplausos de los presentes, vecinos y visitantes.
En síntesis, el Día de la Cruz en Los Realejos presenta los afamados enrames florales de las cruces en capillas o viviendas particulares; los originales enrames de las calles, y la extraordinaria exhibición pirotécnica.
