En la madrugada del 30 de julio, dos hombres llegaron a la Comisaría de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife conduciendo un vehículo con el cuerpo sin vida de un joven y otro herido de gravedad. Ambos se identificaron como los responsables del crimen, lo que dio inicio a una compleja investigación que acabaría sacando a la luz la existencia de una organización criminal conocida como la “Banda de Añaza”.
La investigación policial permitió vincular el suceso con Aarón V.A., alias “Aarón el Caca”, considerado el líder del grupo y presunto autor intelectual de la emboscada que habría terminado con la vida de Alberto Manuel González Padrón, apodado “Albertito”. Según las diligencias, el ataque habría sido una represalia por un supuesto robo de sustancias entre bandas rivales.
Las víctimas fueron citadas bajo el pretexto de una transacción en una finca de Lomo de Mena, en el municipio de Güímar, donde se produjo la primera agresión. Posteriormente, fueron trasladadas a un garaje en Santa María del Mar, donde permanecieron retenidas durante más de veinticuatro horas. Uno de los hombres murió a consecuencia de las brutales lesiones sufridas, mientras que el otro logró sobrevivir pese a las graves heridas.
Durante las semanas siguientes, la Policía Nacional llevó a cabo varios registros y detenciones que permitieron identificar a todos los integrantes del grupo. La investigación determinó que la banda estaba estructurada de forma jerárquica y que cada miembro cumplía un papel específico: desde ejecutar las detenciones y custodiar a las víctimas, hasta limpiar los escenarios del crimen y eliminar pruebas. Incluso se detectaron intentos de sobornar a la víctima superviviente para evitar su testimonio.
Tras meses de trabajo operativo, la Policía Nacional logró detener a los doce presuntos implicados, desarticulando así la estructura delictiva. Ocho de ellos ya se encuentran en prisión preventiva por orden judicial, mientras que la investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.




