De Luis: "Me negué, pero la Junta me ordenó que informara sí o sí"
El juicio por el caso Arona vivió en la mañana de hoy uno de los momentos más esperados con la declaración de Roberto de Luis, exaparejador municipal y el acusado al que la Fiscalía pide la mayor pena de prisión: ocho años por delitos de cohecho y prevaricación urbanística. Tal vez por eso, o quizás porque sabe que la fiscal no maneja la causa como lo hacía la representante del Ministerio Público que llevó la instrucción, el que está considerado como una pieza clave en la presunta trama de comisiones que envuelve al Ayuntamiento tinerfeño actuó con una agresividad poco habitual entre las personas que se sientan en un banquillo por presunta corrupción urbanística.
Rodeado de cierta soberbia, Roberto de Luis, uno de los detenidos durante la instrucción por el juez Nelson Díaz, contestó con dureza a todas y cada una de las preguntas de la fiscal Francisca Sánchez, aunque después se negó a responder al abogado de la acusación particular, sobre las distintas acusaciones que pesan encima de su gestión como arquitecto técnico en el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Arona. En las más de tres horas que duró su declaración no podía faltar el polémico proyecto que promovía la construcción de más de 100 viviendas en Costas del Silencio, impulsado por el empresario José Ramón Ansorena, el denunciante que grabó una conversación en la que el presunto intermediario Arsenio Zamora, también en el banquillo, le solicitó 45 millones de pesetas para desbloquear la construcción de una urbanización residencial en suelo hotelero.
Sobre esta cuestión consta en el sumario un informe favorable elaborado en 2005 por Roberto de Luis, a pesar de que, como reconoció durante el juicio de hoy, su criterio era contrario a dar el visto bueno a la propuesta urbanística de Ansorena. De hecho, en el polémico escrito figura una apreciación del exaparejador municipal en la que, pese a dar su conformidad, recuerda que el uso hotelero de la parcela era incompatible con la actuación que impulsaba el promotor. ¿Por qué hizo entonces Roberto de Luis un informe en contra de su criterio?
La respuesta la dio a conocer hoy el exaparejador municipal, que reconoció que recibió presiones políticas para elaborar un informe al que se había negado previamente. "Cuando el proyecto de obra se presentó en el Ayuntamiento llegó a mi mesa, a pesar de que a mí no me correspondía porque ya había sido informado por otro técnico antes", explicó Roberto de Luis. Cuando mostró su oposición, recibió "un decreto de la Junta de Gobierno para que informara sí o sí".
El proyecto, según su relato, "ya venía con el visto bueno de la Junta", por lo que decidió hacer un informe en el que, pese a ser de carácter favorable, puso un asterisco con la aclaración "no cumple con el uso". La propuesta del promotor Ansorena, pese a que inicialmente fue rechazada, finalmente obtuvo el visto bueno del Gobierno de Canarias por considerarse que en la parcela se permitía un uso mixto. "Quién soy yo para llevarle la contraria al director general de Urbanismo [del Ejecutivo autonómico]", recalcó Roberto de Luis.
La versión del exaparejador municipal no coincide con la que defiende el propio empresario, personado como acusación particular en la causa. Según Ansorena, Roberto de Luis estaba en contra de dar el visto bueno a su proyecto porque, presuntamente, el promotor se habría negado a pagar los 45 millones de pesetas que le pidió Arsenio Zamora en la conversación grabada y aportada al procedimiento judicial. Fue entonces cuando, durante una reunión entre ambos, el denunciante le dio a conocer la existencia de la cinta, lo que habría hecho cambiar al aparejador del Ayuntamiento de parecer y plasmar su valoración favorable por escrito. El 5 de septiembre, aproximadamente un mes después del informe de Roberto de Luis, la Junta de Gobierno aprobó la polémica licencia urbanística.
La Fiscalía da por probado en su escrito de acusación que el cambio de parecer de los técnicos de Arona, el proyecto llegó a ser informado de forma negativa con anterioridad por el arquitecto municipal Eliseo de la Rosa, se debió a la amenaza del promotor de sacar a la luz la grabación. Para el Ministerio Público, este expediente forma parte de la presunta trama que montaron los acusados para enriquecerse por medio de la realización de informes para la concesión de licencias ilegales.
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La otra cuestión que se llevó gran parte del tiempo que consumió De Luis en su declaración está vinculada con una presunta red empresarial a través de la que el exaparejador municipal ingresaba los supuestos pagos que recibía por su participación en la trama de concesión de licencias. Según la Fiscalía, el acusado constituyó para ello, junto a su mujer, la sociedad Proyectos y Diseños Cram 4 SL, entidad mediante la que "simulaba" prestar servicios profesionales que supuestamente compatibilizaba con su labor en el Ayuntamiento de Arona.
En su testimonio, Roberto de Luis reconoció la existencia de la empresa y su relación laboral con otros arquitectos acusados, a los que aseguró que prestaba servicios, como Zenón Rodríguez o Roberto Menéndez. En contra del criterio del Ministerio Público, el exaparejador municipal defendió que los ingresos que percibía su sociedad procedían de los trabajos, mediciones y control de presupuestos, que realizaba para estas personas. Según dijo, además, de los 270.000 euros que recibió, "solo 30.000 se correspondían con proyectos dentro del propio municipio de Arona".
"Jamás aceptaría dinero de nadie, ni siquiera una insinuación", aseveró en varias ocasiones De Luis. Incluso, confesó que cuando se enteró de que se les acusaba de cobrar mordidas por sus informes preguntó a su presunto socio en la trama, el arquitecto Eliseo de la Rosa, y este le negó que se dedicara a solicitar comisiones por su trabajo en el Consistorio tinerfeño.
La Fiscalía sostiene que Roberto de Luis puso en contacto a promotores de obras con la empresa de Zenón Rodríguez, Zearq 23 SL, algo que no negó el exaparejador municipal, pero a diferencia de lo que este mantuvo en la mañana de hoy, el Ministerio Público defiende en su escrito de acusación que por ello recibía compensaciones económicas "y se beneficiaba de cada proyecto ejecutado en el municipio de Arona, a cambio de recomendar a Zenón Rodríguez y luego facilitar los trámites de los expedientes de obras". Un supuesto modus operandi que, según el Ministerio Público, habría seguido de forma idéntica con el arquitecto, también acusado, Jorge Menéndez, a través de la empresa Menuce SA.
Roberto de Luis también desmintió las acusaciones que un sobrino suyo realizó en 2009 en el periódico La Opinión de Tenerife, en las que relataba con detalle la presunta trama de cobro de mordidas de la que formaba parte el exaparejador municipal. Para ello achacó la reacción de su familiar a una venganza personal, motivada por un fallido negocio de ocio nocturno que mantuvo con uno de sus hijos. A preguntas de su abogado, incluso, llegó a recordar su pasado delictivo por violencia de género y tráfico de drogas.
Patrimonio
El Ministerio Público también basa su acusación por el delito de cohecho en el patrimonio detectado en las cuentas y sociedades de Roberto de Luis por la investigación que durante la instrucción desarrolló la Guardia Civil, así como en los registros que se llevaron a cabo por orden del juez Nelson Díaz.
Coches de lujo, propiedades inmobiliarias, viajes, joyas, obras de arte o el pago de estudios a sus hijos en Madrid y el extranjero son algunos de los descubrimientos que llamaron la atención de los investigadores durante la instrucción del caso.
"Todos mis viajes me los pagué yo", insistió el exaparejador municipal al ser preguntado por la fiscal Francisca Sánchez. Roberto de Luis recalcó que todos sus ingresos están "debidamente declarados". Entre 1968 y 2003 reconoció haber ganado "250.000 euros en trabajos reconocidos y visados por el Colegio de Arquitectos". Durante el interrogatorio, en el que cifró en 2.300 euros mensuales el sueldo que recibía del Ayuntamiento, negó cualquier relación de su patrimonio con la presunta trama denunciada.
Mañana, a partir de las 9.30 horas, se reanudará el juicio con la celebración de la sexta sesión de la vista. Será el turno de escuchar al arquitecto Zenón Rodríguez, íntimamente vinculado a la figura de Roberto de Luis, después de que hoy solo diera tiempo a su declaración durante media hora.
En esos 30 minutos, con un tono mucho más pausado y tranquilo que su predecesor, reconoció tener un acuerdo profesional con el exaparejador de Arona, pero también negó cualquier relación con una presunta red de cobro de comisiones y defendió que los pagos siempre estuvieron vinculados a los trabajos que prestaba De Luis.
Admitió, además, que a su estudio llegaban personas recomendadas por el técnico del Ayuntamiento, pero incidió en que "eran muchas más" las que procedían de otro aparejador que también acabó trabajando para el Consistorio, Víctor Hernández Díaz, con quien terminó enfrentado y a quien grabó en una discusión. La cinta fue encontrada por la Guardia Civil en la caja fuerte de su casa. Por ello le interrogaba hoy la fiscal justo cuando los magistrados decidieron suspender la sesión. Mañana, las respuestas a estas y otras dudas que ha despertado una de las mayores investigaciones por presunta corrupción urbanística en Canarias.