Atado de manos y con el cuerpo entumecido. Así llegó Mohamed, el joven de 16 años fue encontrado en el puerto de La Restinga en un cayuco procedente de Mauritania. Los equipos de emergencia lo encontraron en la proa del barco maniatado y en condiciones extremas. Aunque el suceso ocurrió el pasado 3 de abril, la noticia se ha conocido estos días de la mano de Agencia EFE.
El cayuco tenía a bordo a 63 varones, 13 de ellos menores. Cuando Mohamed se bajó no dijo ni una palabra, tras horas de insistencia por parte los trabajadores del centro de atención de San Andrés sus únicas palabras fueron “hubo problemas”. Sus compañeros relatan lo sucedido y explican que bebió agua de mar, se deshidrató, comenzó a delirar y por eso lo tuvieron que atar. Estas situaciones tan extremas presentan un peligro para la estabilidad del bote, lo que pondría en peligro la vida de todos los ocupantes.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la ruta atlántica es una de las rutas con mayor índice de mortalidad, suponiendo un fallecimiento cada siete horas y media. Por suerte, todos las personas que ocupaban el cayuco llegaron con vida a la isla de El Hierro, a pesar del fuerte viento y el oleaje que predominó esos días.
