Lydia Lozano será la 'mantenedora' de las Fiestas de San Pedro de Güímar
La periodista Lydia Lozano, de raíces palmeras, será la mantenedora de las Fiestas de San Pedro Apóstol el próximo 29 de junio, 12 días después de que el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, lea el pregón de las fiestas patronales, cogiendo el testigo de Carlota Corredera, miembro del equipo del programa de Tele 5, Sálvame, el mismo donde trabaja Lydia Lozano.
Con esta decisión se prolonga el idilio entre el programa de prensa rosa de Mediaset y el grupo de gobierno municipal, que ya suscitaron la polémica el verano pasado con la designación de Carlota Corredera -exdirectora y actual presentadora del programa Sálvame, de Tele 5-, como pregonera. El grupo de gobierno del Ayuntamiento de Güímar ha elegido para este año como pregonero de las fiestas de San Pedro Apóstol al Presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo (CC).
La relación entre el municipio y el programa se ha consolidado tras las dos visitas que Güímar ha realizado al plató de Sálvame. En la última ocasión, alrededor de medio centenar de vecinos, junto a su alcaldesa Luisa Castro y un buen número de concejales, realizaron una excursión a los estudios de la cadena. Este último viaje a Madrid incluía una visita al Valle de los Caídos, hecho que volvió a provocar un enorme revuelo mediático.
Pistoletazo de salida a las fiestas de San Pedro
Como es tradición, San Pedro Abajo será el lugar de celebración de la festividad del patrón güimarero, al encontrarnos en un año impar, siendo el encargado de su lucimiento y esplendor. El acto de la lectura del pregón tendrá lugar el día 17 de junio, en la calle de San Pedro Abajo, en una gala dirigida, un año más, por el diseñador güimarero Juan Carlos Armas, por otra parte primer teniente alcalde, por Coalición Canaria, en el Ayuntamiento de Candelaria.
La alcaldesa, Carmen Luisa Castro (PP), y la concejal de Fiestas, Cementerios y Medio Ambiente, Rosa María Pérez Dorta, serán las encargadas de los preparativos para que las calles puedan inundarse de color y fervor popular desde ese día. El acto supone el punto de partida para un programa variado de actividades culturales y religiosas, en el que el pueblo güimarero ejerce un fiel compromiso y dedicación a su patrón durante dos semanas.