Llegada imparable de animales exóticos a Canarias
Las alarmas volvían a saltar en Canarias a principios de año. Los empleados de un hotel del Puerto de la Cruz encontraron una boa constrictor de cola roja, popularmente conocida como tragavenado en países de la cuenca amazónica, nadando en la piscina del establecimiento. El ejemplar, de metro y medio de largo, fue capturado en el lugar gracias a los especialistas de la Fundación Neotrópico que trabaja mano a mano con la Guardia Civil y con otros cuerpos de seguridad del Estado, para la recogida y cuidado de animales exóticos que aparecen en espacios públicos del Archipiélago como parques, jardines o montes. Tan solo dos meses después, y también en el mismo establecimiento hotelero de la ciudad turística tinerfeña, otra serpiente de mismas características aparecía en los jardines. El hecho de que haya aparecido un segundo ejemplar en tan escaso periodo de tiempo hace pensar a los responsables del hotel y a la Policía Local de que algún vecino podría tener varios ejemplares y, bien por cansancio o bien porque se le escapan, acaban en los jardines del hotel. Este reptil en los adultos puede llegar a los 40 años y alcanzar un tamaño de unos tres metros. Probablemente, llegó a Tenerife de contrabando al ser una especie protegida por el Cites (Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Flora and Fauna), Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Según Jaime Urioste, Presidente de la Fundación Neotrópico, la aparición de animales exóticos en lugares públicos "desgraciadamente es más frecuente de lo que pensamos". Urioste apunta a que muchas personas deciden liberar a estos ejemplares porque "no los pueden mantener o porque desean quitárselos de encima". Canarias además cuenta con un clima que posibilita que muchos animales puedan sobrevivir fácilmente en nuestro entorno y puedan convertirse en un problema serio.
Actualmente existe una serie de normativas en la legislación española para la tenencia o comercialización de animales exóticos. Normalmente se aplica el Real Decreto 630/2013, que regula el catálogo español de especies exóticas invasoras. El problema es que no todas las especies están incluidas y, aunque se revisa, no es tan dinámico como los expertos creen que debería ser. Desde la Fundación Neotrópico apuntan a que existe un "vacío legal" que permite la comercialización legal de muchas especies que pueden ser potencialmente peligrosas para la población.
En la fundación han recogido en los últimos años a numerosos animales exóticos que han llegado a las Islas de diferentes maneras. Entre los más curiosos se encuentra un oso perezoso que pertenecía a un zoológico del sur de Tenerife que no estaba en las condiciones adecuadas. En un trabajo mano a mano con la Guardia Civil, este ejemplar fue requisado y recogido por Neotrópico. El zoológico si tenía permiso en su momento para la tenencia del perezoso pero con el paso del tiempo las condiciones del lugar no eran las idóneas para garantizar su calidad de vida.
En las instalaciones de la Fundación Neotrópico se pueden encontrar otra serie de animales exóticos como, por ejemplo, una tarántula brasileña de rodillas blancas que apareció en la zona alta del barrio de Vistabella. También un puma que fue confiscado hace años a un fotógrafo ambulante que lo utilizaba para que los turistas se sacaran fotos con él. Al puma le habían arrancado las uñas para que no causara daños a las personas, estaba narcotizado y vivía en una jaula de dos por dos metros. El permiso para la utilización de animales para espectáculos en la calle depende de la ordenanza de cada municipio, legalmente hay muchos que prohíben esta actividad por lo que, si se da el caso, se apercibe al propietario y si reincide se confisca el animal y se impone una multa. En el caso del puma habría que añadir dos agravantes: los malos tratos y que la especie sea potencialmente peligrosa. Esta especie fue introducida en Canarias haciéndola pasar por un gato. Las sanciones por el transporte o la comercialización de especies ilegales puede rondar entre los 3.000 y 200.000 euros en nuestro país.
Una de las especies que más recoge Neotrópico son las tortugas. "La gente normalmente compra estos animales cuando son pequeños, y las mete dentro del equipaje para ser facturadas", apuntan desde la organización. El volumen tan grande de mercancía hace que el control sea difícil. Muchas de las tortugas que se transportan de un lugar a otro, al igual que pasa con otras especies, mueren por el camino o llegan en muy malas condiciones de salud porque no se mueven de la forma adecuada y solo para satisfacer el capricho de algunos consumidores..
En el sur de Tenerife también apareció en el baño de un campo de golf un mapache que alguien encontró en el interior de un baño. Hoy en día es una especie ilegal pero antes se podía comercializar con este animal. Al igual que con los primates, hoy en día está totalmente prohibida la tenencia de estos ejemplares por parte de particulares. Eso sí, la normativa nunca tiene carácter retroactivo. "Lo que no se puede hacer es reproducir estas especies para vender crías y abandonarlo o liberarlo con el posterior daño que puede causar al medio natural", asegura Jaime Urioste. Si un animal exótico produce daños en el medio natural por más de 100.000 euros, la multa para el propietario puede alcanzar los 2 millones de euros.
Urioste insiste en que hay otros problemas añadidos al tráfico ilegal de animales exóticos. "Muchos de ellos portan enfermedades que pueden contagiarse a los humanos porque no han pasado los debidos controles sanitarios". A pesar de la imparable llegada de especies exóticas a las Islas, Urioste dice que la normativa cada vez es más restrictiva y actualmente las exigencias son más altas para tener en cautividad a un animal de estas características.