La Rectora de la ULL pide al Gobierno una inyección económica para investigación y la contratación de profesorado joven
El Paraninfo de la Universidad de La Laguna abrió sus puertas hoy ,17 de septiembre, para celebrar el acto oficial y solemne con el que comienza el curso académico 2019-20. Se trata de una sesión cargada de enorme contenido simbólico y en la que los nuevos doctores y doctoras pasan a formar parte del Claustro universitario. La rectora de la institución docente, Rosa Aguilar, alertó en su discurso contra las posiciones radicales que están surgiendo en España, a favor del anti-intelectualismo y del cuestionamiento de la ciencia, y que pretenden desvirtuar el sistema público educativo. También exhortó al Gobierno de Canarias para que diera un salto cualitativo en su financiación y fortaleciera la investigación universitaria, a la par que apoye la contratación de profesorado más joven y la captación de talento.
La ceremonia estuvo presidida por el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, quien estuvo acompañado en el escenario por las consejeras de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, Mª José Guerra, y por la titular de Economía, Conocimiento y Empleo, Carolina Darias, entre otras autoridades. En el acto, Rosa Aguilar explicó que el ataque a la enseñanza pública se está dando en multitud de latitudes. Así, EE.UU ha reducido la financiación de sus agencias de investigación, como la de la propia NASA, o que en Brasil se ha recortado los recursos monetarios para áreas como la Sociología o la Filosofía.
Ante este panorama, señaló la rectora, “las universidades públicas debemos permanecer alerta ante posibles injerencias sobre la libertad de cátedra y las tentaciones de reducir el presupuesto destinado a investigación, especialmente en ciencia básica, y en determinadas materias que, un concepto excesivamente utilitarista del conocimiento podría considerar como poco productivas”.
Aguilar hizo referencia a varios retos globales como el cambio climático, las migraciones, la igualdad de oportunidades o el machismo, en los que señaló que las universidades públicas están dando respuestas fehacientes y contrastadas. Definidas como productoras de conocimiento nuevo, la máxima mandataria de la institución docente recordó que más del 93% de la producción científica que se genera proviene, precisamente, de los centros públicos de educación superior. También añadió que la virtualidad de que el profesorado universitario sea también personal investigador confiere a la docencia un plus de calidad con el que los centros privados no pueden contar.
La rectora se detuvo en desmenuzar algunos aspectos del plan de gobierno a cuatro años que pretende poner en marcha de forma inmediata, toda vez que sea conocido por el Claustro y aprobado por Consejo de Gobierno. Se trata, explicó, de un documento de trabajo medible y objetivable, que incluye medidas en todos los ámbitos, aunque destacó especialmente cuestiones relacionadas con la ciencia abierta, un plan de captación de talento internacional entre las dos universidades públicas, la simplificación de los trámites administrativos de forma transversal a toda la institución, la reestructuración y dimensionamiento de la plantilla del personal de administración y servicios o la integración de la transparencia en todas las áreas de gobierno para lograr un gobierno corporativo más abierto a la sociedad.
Aguilar fue especialmente incisiva en la necesidad de renovación de la plantilla docente, dado que en un plazo de cuatro años se jubilará alrededor del 50% de este colectivo y, por tanto, toca ordenar esa salida para que, en su opinión, se simultanee con la entrada de profesorado joven y, así, compartan docencia y dé tiempo a que los noveles se incorporen a los grupos de investigación ya consolidados y no se pierda, por tanto, capital intelectual.
También puso atención al futuro de los jóvenes investigadores, un colectivo competitivo y bien formado que, por falta de oportunidades, “se va de nuestro país para nunca más volver”. Por eso pidió a las autoridades programas específicos de retención de talento, tanto predoctoral como posdoctoral, al tiempo que sugirió la necesidad de estabilización del personal técnico y de laboratorio tanto de la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación como del Servicio General de Apoyo a la Investigación, unidades que se ocupan de forma complementaria de la transferencia del conocimiento al tejido productivo.
“La financiación es, pues, vital para que nuestras universidades públicas puedan crecer y seguir ofreciendo resultados científicos de excelencia. Nuestros grupos de investigación concurren a convocatorias nacionales e internacionales con éxito, lo cual es una demostración de su competitividad. Sin embargo, necesitamos más músculo financiero para crecer más y mejor, pues es verdad que en muchas ocasiones nuestro personal investigador saca proyectos adelante motivados por su vocación y por una dedicación casi heroica a sus tareas. Y no creo que sea lícito basar nuestro sistema de ciencia en actitudes abnegadas y sacrificadas”, añadió. “La inversión en I+D en Canarias es la segunda más baja de España, solo por delante de Baleares. Algo que ha sido así desde 2009”.
En el capítulo de las infraestructuras, la rectora se mostró tajante: “Las facultades de Educación y de Ciencias de la Salud no pueden esperar más; tenemos que buscar una solución a estos inmuebles obsoletos y aquejados de múltiples deficiencias. Es hora de acometer de forma integral la nueva edificación de estas dos facultades”. También indicó que han presentado a la Consejería de Educación el detalle de la financiación necesaria, ”centro a centro, edificio a edificio, para lograr que los campus estén a la altura de lo que demandan sus usuarios y respondan a las expectativas que nosotros mismos generamos como universidad competitiva que somos. Somos una institución docente con muchos años a nuestras espaldas: tenemos problemas de accesibilidad, de impermeabilización, de reparación de laboratorios, de renovación de fuentes energéticas…en fin, un largo listado de necesidades que lastran nuestra eficiencia como institución”.
Rosa Aguilar exhortó al presidente del Gobierno regional a que hiciera suyos los retos de la Universidad de La Laguna. “Las infraestructuras son vitales, pero también lo son la regeneración de la plantilla y la retención de nuevo talento entre los mejores investigadores. Somos una gran universidad pública, y hay que asegurar el futuro de nuestros estudiantes, de los que quieren seguir su carrera investigadora; tenemos que procurarles una carrera profesional y eso solo podemos lograrlo con la ayuda de ustedes, generando valor, creando las condiciones para que nuestro alumnado más competitivo no se frustre y se marche a trabajar al extranjero. En sus manos está que nuestras universidades sigan siendo un motivo de orgullo para todos los canarios y canarias”, concluyó.
Lección inaugural
Antes de la intervención de la rectora, el acto había comenzado con la lectura por parte de la de la Secretaria General, Elvira Afonso Rodríguez, del resumen de la memoria académica del pasado curso 2018/19, documento que ya está íntegramente publicado en la web institucional. Seguidamente, la catedrática de Historia del Derecho y las Instituciones María Carmen Sevilla González dictó la lección inaugural del curso 2019-20, titulada “La igualdad jurídica: un proyecto inacabado. (Perspectiva desde la historia del derecho comparado)”, en la cual repasó la evolución de un concepto que, aunque puede parecer arraigado en la historia de la legislación, es relativamente reciente: la igualdad.
Sevilla González comenzó recordando la apertura de curso de 1967, a la que ella acudió como alumna de Derecho que comenzaba sus estudios, y reflexionaba la gran diferencia existente entre aquella universidad de los tiempos del franquismo y la actual. Así, recordó cómo a las estudiantes de leyes se las sentaba en un banco aparte para pedirles que se ausentaran del aula cuando el “recato femenino” lo aconsejara, por ejemplo, cuando se hablaba del delito de aborto o de la impotencia como causa de nulidad de un matrimonio. “Éramos intrusas en una facultad de hombres”.
La catedrática explicó que la noción de que debía existir un principio de igualdad de derechos entre las personas que conviven en un Estado es fruto de la Ilustración, por lo que no empezó a desarrollarse hasta finales del siglo XVIII. “La idea pacíficamente aceptada hasta entonces había sido precisamente la contraria, es decir, la de que los seres humanos eran distintos social, política y jurídicamente. Era absolutamente impensable que un campesino, un artesano o un esclavo pretendiera que sus derechos individuales fueran los mismos que los de un miembro de la nobleza o de la Iglesia”.
La lección realizó, pues, un repaso de cómo se ha tratado de expresar el concepto de “igualdad” desde que se acuñara en la Enciclopedia de Diderot y que apareció por primera vez en un documento institucional en 1789, al inicio de la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”.
La ponente se detuvo a aclarar determinadas impresiones terminológicas y reflexionó sobre la importancia de apreciar cada documento en el contexto en que se redactó, pues juzgar textos legales pretéritos desde el presente pude provocar anacronismos. También se refirió a cómo esa “igualdad” primigenia no fue universal en su inicio, ya que los derechos femeninos seguían siendo negados por los revolucionarios franceses y también mantenían posturas “indecisas” frente a cuestiones como la esclavitud.
Sevilla González también se detuvo en las legislaciones españolas hasta la actualidad y en su epílogo mantuvo que, si bien la “igualdad” ya es un concepto integrado en los textos legales, el día a día demuestra que no se ha convertido en una realidad. “La esclavitud, que se mantiene en muchos ámbitos; la trata de mujeres, las discriminaciones en materia de género, raza y religión, etc. Ello supone que sigue existiendo una fractura entre el plano teórico y constitucional y la vida cotidiana. Carece de justificación que en el siglo XXI se mantengan situaciones fácticas de discriminación prohibidas expresamente por el derecho positivo y que aún la igualdad sea para muchos una utopía”.
Tras la lección inaugural, el acto prosiguió con la investidura y admisión al Claustro de la Universidad de La Laguna de una decena de las veinticuatro personas que obtuvieron el título de doctor o doctora el año pasado. Seguidamente, la flautista Aleida María Lorenzo Hernández y el guitarrista Román González García ofrecieron al público asistente un interludio musical.