La inflación limita pero no impide la recuperación de la confianza empresarial en Canarias
Los buenos resultados obtenidos durante los primeros meses del año y las expectativas positivas, sobre todo de cara a la temporada de verano, consiguen que la confianza empresarial recupere la positividad perdida en el comienzo de año y crezca un 1,4%. Así lo apuntan los resultados del Indicador de Confianza Empresarial relativos al segundo trimestre del año, en el que Canarias es una de las tres únicas regiones cuya confianza crece en este período, por detrás del archipiélago balear (4,8%), y por delante de la Comunidad Foral de Navarra (0,2%), según informa la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife.
La recuperación de la actividad turística ha sido clave en esta evolución positiva de la confianza de los empresarios en ambos archipiélagos, gracias al efecto de arrastre que esto genera en el conjunto de sus economías. Sin embargo, las perspectivas del empresariado se siguen viendo afectadas por factores externos de largo recorrido como pueden ser la inflación existente en la actualidad o las consecuencias derivadas del conflicto bélico en Ucrania, hechos que sumados al reciente bloqueo del puerto de Shanghái a causa de las restricciones sanitarias provocan que se mantenga la incertidumbre que se declaró desde el comienzo de la pandemia.
Santiago Sesé, presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, valora estos datos “que evidencian que pese al embate del virus a comienzos de año fuimos capaces de tener resultados positivos en la campaña de invierno, incluida la Semana Santa, y anticipan lo que parece que será una buena temporada de verano”. Para Sesé, estas expectativas favorables “son necesarias, ya que ahora debemos trabajar en volver a recuperar la estabilidad e ir dejando atrás, en la medida de lo posible, la prolongada situación de incertidumbre que los empresarios hemos venido superando desde que llegó la pandemia”.
Así, el presidente cameral pone el foco en la subida generalizada de precios que hemos sufrido durante los últimos meses y que desde la declaración del conflicto bélico ha repuntado con intensidad, notándose especialmente en los precios de la energía, “un insumo imprescindible para las empresas y con especial afección en algunos sectores como la industria o en muchas empresas de servicios intensivas en el uso energético”. “Habrá que ver”, prosigue Sesé, “qué consecuencias tiene la limitación del precio de la electricidad acordado con la Comisión Europea y si verdaderamente se traduce en un descenso del precio para que las empresas puedan operar con normalidad”.
Además del encarecimiento de la energía, Sesé también ha destacado otros factores que dificultan la actividad de las empresas, tales como el aumento del coste del transporte, de especial relevancia en las islas debido a su necesidad, o las dificultades existentes a la hora de obtener materias primas: “esta limitación a la hora de conseguir bienes e insumos necesarios para la producción afectan de manera directa no solo a la industria, sino también al sector de la construcción”.
Desde la entidad cameral también hacen un llamamiento al empresariado canario para que esté atento ante las posibilidades que ofrecen los Fondos Next Generation, no solo a la hora de presentar proyectos competitivos que cambien la economía isleña, “sino también ante ventajas ofrecidas a través de iniciativas como el Kit Digital o el Plan de Modernización del Comercio, que pueden marcar un antes y un después en el conjunto de nuestras empresas”, concluye Sesé.
Turismo e inflación
Si desglosamos estos datos por sectores podemos observar cómo el impulso a la confianza empresarial viene motivado principalmente por dos de los sectores con más peso en la economía canaria: “Transporte y hostelería” y “Otros servicios”, que registran un aumento del 17,3% y del 1,3% respectivamente. Resultados que se moderan más si analizamos otro de los sectores con mayor peso en el PIB del Archipiélago, ya que el 48% de los comercios arrojó resultados estables en esta encuesta, con un 30% que afirmó una reducción de actividad una vez cerrada la campaña de Navidad y el periodo de rebajas y un 22% restante que manifestó resultados favorables.
En la otra cara de la moneda encontramos los sectores de la industria y la construcción, principales afectados por el incremento de los precios y la menor disponibilidad de suministros. Así, el 28% de los industriales afirmó haber cerrado el trimestre con resultados negativos, empeorando las expectativas para el segundo trimestre del año (37%), que ya de por sí se ven lastradas por el incremento prolongado del precio de los insumos y, en especial, de la energía y de los transportes, de la que este sector depende enormemente. La construcción, por su parte, además de verse afectada por la subida de los precios se enfrenta a una situación de falta de suministros, lo que provoca un 43% de respuestas desfavorables frente a solo un 5% de expectativas optimistas. El 52% restante estima mantener estable su actividad.
La confianza mejora en la mayoría de las islas respecto al trimestre anterior, encontrándose el mejor resultado entre el empresariado palmero que, tras los duros meses vividos, registra un 14% a la expectativa de continuar recuperando la actividad perdida en los próximos meses conforme la reconstrucción siga avanzando. Fuerteventura (11,3%), Tenerife (3%) y Lanzarote (1,2%) cierran el listado de islas en positivo, mientras que El Hierro (-15,2%), La Gomera (-7,8%) y Gran Canaria (-3%) son las islas que registran un descenso en su confianza.
La importante presión en los precios de la energía y el combustible marcó el comienzo del año, viéndose reforzada en el mes de febrero como consecuencia de la guerra en Ucrania. Ello dio lugar a una espiral inflacionista cuyas consecuencias aún son difíciles de prever, lo que influye lógicamente entre el empresariado canario. De este modo, el 41,8% de los empresarios de las islas registró un aumento de precios durante los tres primeros meses del año, frente a un retroceso de los mismos en un 7,8%. El 50,4% restante no modificó sus precios, en línea con la tendencia que parece producirse de cara al futuro más próximo: se reduce el número de empresarios que opina que subirá sus precios (un 36,7%) frente a un 8,8% que espera bajarlos. La mayoría, (54,5%) se decanta por la estabilidad.
Atendiendo al mercado de trabajo, las expectativas mayoritarias apuntan hacia la estabilidad de las plantillas, con un 74% de las empresas afirmando que mantendrá a sus trabajadores en el período de abril a junio. Sin embargo, la diferencia entre las empresas que prevén aumento y las que estiman retrocesos empeora respecto al primer trimestre de 2022, pasando de un saldo -3,3 puntos a uno de -6,6.