Las donaciones recogidas en el evento de Mírame Televisión rebasan las previsiones iniciales y permitirán que más de 6.000 niños de Canarias cubran sus necesidades básicas durante los próximos meses
Banco de Alimentos repartirá antes de Navidad todos los productos recibidos durante la iniciativa solidaria entre más de 14.000 familias en exclusión social
Era mediodía y asomaban los primeros rayos de sol de una jornada que amaneció cubierta de lluvia. En ese momento, Manuel Artiles se ponía delante de las cámaras para informar de que, con algunos cambios, el Telemaratón seguía adelante. Las dudas de las horas anteriores, como las nubes, se disiparon con el anuncio del director de Mírame Televisión. El mayor evento solidario de Canarias iba a ganarle el pulso a los contratiempos.
Lo cierto es que la meteorología obligó a reinventar la iniciativa. Fue necesario cancelar las actuaciones previstas y anteponer la seguridad de los participantes. Todo para mantener vivo un evento que, como cada año, tenía por delante el ambicioso reto de conseguir alimentos y productos de primera necesidad para más de 40.000 personas en situación de pobreza severa. El llamamiento estaba hecho, y la sociedad canaria, una vez más, respondió con un derroche de solidaridad a la altura de las circunstancias.
Poco después de las 12:00 horas, la sintonía del Telemaratón sonaba en directo en todos los hogares del Archipiélago, con la imagen de Pili Navarro como símbolo de la resistencia. “Ven esas nubes, pues no van a detener a esos camiones”, explicaba la carismática presentadora de Mírame Televisión, cuya voz acabó sepultada por las sirenas de los primeros en llegar. Miembros del Ejército y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad comenzaban a descargar las primeras muestras de generosidad.
A Hernán Zenón le cambió la cara. El director del Banco de Alimentos, entidad que se encarga del reparto de todos las donaciones a través de una red de más de 200 ONG, sonreía al comprobar que el acto no se cancelaría. Junto a él, responsables de la organización corrían de un lado para otro para adaptarse a las nuevas circunstancias.
En cuestión de minutos, el escenario principal se desmontó y dejó su lugar a un plató improvisado en medio de un almacén de Banco de Alimentos. Allí, donde a primera hora solo había estanterías vacías, poco a poco se acumulaban las numerosas donaciones que llegaban sin cesar a las instalaciones de Mercatenerife. Mientras tanto, Manuel Artiles, acompañado de Pili Navarro e Inma Donate, narraba con la misma pasión de siempre un evento que se ha convertido en tradición.
Comida, juguetes nuevos, artículos de higiene y toda una montaña de solidaridad llenaron las naves de Banco de Alimentos a lo largo de una jornada que se prolongó durante cerca de siete horas. La entidad anunció también que, gracias al esfuerzo de la sociedad de las Islas, más de 14.000 familias tendrán en sus hogares la ayuda recibida antes de las fiestas navideñas. Una vez más, el Telemartón hizo realidad algo que bajo el chubasco matinal parecía imposible.
“Siempre vengo a dejar mi granito de arena y hoy no iba a ser menos”, comentaba una mujer mientras, sin bajarse del coche, dejaba en manos de trabajadores del Banco de Alimentos varias bolsas con su donación particular. Como ella, fueron decenas las personas que decidieron acercarse a las instalaciones de Mercatenerife para realizar su aportación.
Otros llegaron en guagua. Más de 300 personas mayores, pertenecientes a colectivos de los municipios de Güímar y Candelaria, así como del proyecto social Islenior, del Cabildo de Tenerife, hicieron acto de presencia en el Telemaratón. “Es la primera vez que vengo y me lo he pasado genial”, decía un hombre mientras subía los escalones del vehículo, antes de darse la vuelta para dar un último apunte a la cámara: “El próximo año vuelvo”.
Las personas mayores y la infancia son los colectivos más golpeados por la pobreza. De ahí que en los últimos días se amplificara el mensaje para reclamar ayuda dirigida a los sectores de la población más vulnerables. Otro objetivo cumplido, ya que el Banco de Alimentos explicó que entre los usuarios que se beneficiarán de las donaciones del Telemaratón se encuentran unos 6.000 niños y niñas del Archipiélago.
El desfile de empresas y particulares cubrió con un manto de generosidad las instalaciones de Mercatenerife. “Esto es maravilloso; nunca dejo de sorprenderme”, decía como un pensamiento expresado en voz alta Benjamín Barba, responsable de la ONG Kairos, una de las 200 entidades que colaboran con el Banco de Alimentos y que se encargarán de repartir las donaciones en los próximos días.
Diversos colectivos profesionales, marcas de reconocido prestigio y pequeños comercios. Todos quisieron formar parte de un evento que nunca defrauda y que se ha convertido en una tradición que simboliza mejor que nada la fraternidad del pueblo de Canarias. Con una mención especial también a las instituciones, cuya ayuda es fundamental para el éxito de la iniciativa. En esta edición, tampoco faltó el apoyo del Gobierno de Canarias, el Cabildo insular, y el Ayuntamiento de Santas Cruz de Tenerife, entre otros. Algunos de sus más distinguidos representantes también movieron sus zapatos por El Telemaratón. Son pocos los que quieren quedarse fuera de la foto de la solidaridad. Y no es para menos.
Ya con la noche caída, tras una larga jornada donde la meteorología concedió más treguas que sustos, Manuel Artiles, con una voz marcada por la emoción y la fatiga, ponía fin al Telemaratón con un agradecimiento colectivo. Detrás de él, un equipo de profesionales que respiraba orgulloso por haber superado los contratiempos. El paraguas de la solidaridad soportó el chaparrón y más de 40.000 canarios vivirán un poco más felices durante los próximos meses. La conclusión volvió a ser clara: el Telemaratón no es la solución, pero ayuda mucho.
