Condenados por estafa los organizadores de una gala benéfica para niños enfermos
La Justicia da la razón a los padres, entre los que está Macu Cabrera, que denunciaron a los integrantes del grupo Skándalo por quedarse con la recaudación de una gala benéfica destinada ayudar a pagar el estratamiento de sus hijos. Fue una estafa. Así lo considera probado la Sala Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife en una sentencia, a la que ha tenido acceso Mírame Televisión, en la que condena a dos de los miembros del grupo Skándalo con penas de prisión por quedarse con la recaudación de una gala organizada en noviembre de 2012.
La sentencia, que califica la actuación de los acusados de “sumamente reprobable”, impone penas de tres años y ocho meses de prisión a Marcos Antonio R. F. al que considera autor de un delito continuado de estafa, mientras que condena a Kevin B. H. a un año y ocho meses por esta estafa. La acusación contra un tercer miembro del grupo se retiró.
El tribunal comprueba que solo una parte ínfima de la recaudación del acto benéfico llegó a solo dos de los cuatro niños usados en la promoción del evento, concretamente 65 euros a una familia, 60 a otra (concretamente la familia de Ainara) y absolutamente nada a las otras dos. Sin embargo, la gala agotó las entradas cuyos precios oscilaban entre los 18 y 20 euros. Los organizadores tampoco abonaron lo acordado al restaurante donde se celebró y tampoco cobró la empresa de sonido que contrataron.
La sentencia, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Supremo, multa a Marcos Antonio R. F., que deberá abonar 5 euros al día durante diez meses. También multa a Kevin B.H., que tendrá que pagar 4 euros al día durante ocho meses. El tribunal estima que la estafa de la gala benéfica se elevó a 6.500 euros y esta es la cantidad que deberán abonar los condenados. De esta cantidad, 1.243,20 euros serán para el propietario del restaurante y 300 euros para la empresa de sonido, mientras que el resto se ingresará a partes iguales entre las familias de los cuatro niños cuya imagen como reclamo del acto.
En definitiva, tal y como describe la sentencia, “ ha quedado acreditado que los acusados organizaron falazmente una cena baile benéfica en favor de varios niños con enfermedades, con la finalidad de donar la recaudación a sus padres para sufragar los gastos inherentes al tratamiento que precisaban, y sin embargo se quedaron con la total recaudación. Tal actuación, que es sumamente reprochable desde el punto de vista social, conlleva sin duda un plus de reprochabilidad, pues atenta contra las bases mismas de la solidaridad, priva a los beneficiarios-perjudicados de los fondos que precisaban para atender los gastos de tales enfermedades y al ser descubiertos los acusados, y exponerse al escarnio, generan una inmensa desconfianza hacia eventos similares que han venido a paliar los menguados recursos públicos destinados por tales menesteres por los servicios sociosanitarios, llegando a afirmar la primera de las testigos que, precisamente en esa época de crisis, el Servicio Canario de la Salud había suprimido las ayudas para trasladar a su hija A., de 12 años, con parálisis cerebral, a seguir el tratamiento necesitado a la Península (dejaron de cubrir tal contingencia), y gracias a eventos como este se podía hacer frente a los innumerables gastos. A raíz de dicho escándalo, ya no se ha celebrado ninguna gala benéfica, pues nadie confía en la bondad de tales actos, los artistas no se prestan (así lo manifestaron los dos que comparecieron al plenario) y los padres de los niños actúan con muchas reticencias”.