El obispo presenta el informe anual de Cáritas. /Cedida
Sociedad
08 jun. 2023

Cáritas de Tenerife constata la "cronificación de la pobreza" y cree "insuficiente" la respuesta de las administraciones

La escasez de vivienda, la precariedad o carencia de trabajo, la soledad no deseada de tantas personas, especialmente de nuestros mayores, la marginalidad derivada de un amplio abanico de situaciones, la progresiva y cada vez mayor desigualdad social, etc, nos sitúan en un panorama social que nos obliga a replantearnos qué estamos haciendo como sociedad. Esta es la principal conclusión que se desprende de la información recopilada en la Memoria Institucional de Cáritas Diocesana de Tenerife, que ha sido presentada esta mañana en el Museo Benahorita de Los Llanos de Aridane (La Palma), en un acto que ha contado con la presencia del obispo de la Diócesis, Bernardo Álvarez; del director de Cáritas Diocesana de Tenerife, Juan Rognoni; del secretario general de la entidad, Ricardo Iglesias; y del delegado arciprestal de Cáritas en Los Llanos de Aridane, Jorge Concepción. 

Según dicha memoria, Cáritas Diocesana de Tenerife atendió en 2022 a un total de 5.360 hogares y 19.112 personas (entre ellas 3.648 menores de edad), a través de los 17 arciprestazgos que conforman la Diócesis Nivariense y de los diferentes programas y proyectos que desarrolla. Ello supuso un 23% más de personas beneficiarias que en 2019 y unas cifras muy similares a las de los dos últimos años. Además, según los datos recogidos en la Memoria, muchas de estas personas acudían por primera vez a alguno de los servicios ofrecidos por Cáritas, una tendencia que previsiblemente se mantendrá a lo largo de este año. En palabras del director de la entidad, Juan Rognoni, se trata de datos que “manifiestan lo que tantas veces hemos afirmado, como es la cronificación de la pobreza”, lo que nos obliga a “hacer el ejercicio personal como sociedad de ver al hermano y hermana que están cerca y en necesidad para ofrecerle nuestra mano y ayudarle a levantarse”.

Especialmente significativo continúa siendo el trabajo que se lleva a cabo en el marco de la Campaña de Emergencia de Solidaridad con la isla de La Palma, donde la institución atendió a 3.048 personas (1.161 familias y 600 menores) damnificadas por la erupción volcánica de “Tajogaite”. En concreto, la institución católica continúa dando respuesta en las necesidades propias de la emergencia, ofreciendo apoyo económico para poder sufragar gastos básicos, y en coordinación con las Cáritas Arciprestales se están planificando distintos proyectos de reconstrucción y apoyo a las zonas y personas afectadas.

Por otro lado, en las parroquias de la provincia de Santa Cruz de Tenerife fueron atendidas el año pasado un total de 10.799 personas, tanto la cobertura de sus necesidades básicas como talleres y acciones para la mejora de su calidad de vida. El resto, otras 8.313 personas, se beneficiaron de los distintos proyectos específicos que tiene la institución. En esta línea, hay que destacar que un total de 1.402 personas participaron en el Programa de Empleo, que presenta dos líneas de acción. Por un lado, Cáritas Diocesana de Tenerife atendió a 947 personas a través del proyecto insular en red “Barrios por el Empleo: Juntos más Fuertes” y a otras 455 en distintos Itinerarios de Inserción Sociolaboral. Del total de participantes acompañados, 444 personas recibieron formación profesional y/o complementaria y un total de 471 (el 33%) lograron la inserción. No obstante, las acciones para la mejora de la empleabilidad son un eje transversal de todos los programas y proyectos de la entidad, entendiendo que “el acceso al empleo es un elemento fundamental para la integración personal y familiar de las personas”.

En cuanto al área de Vivienda-Inclusión Social, el año pasado fueron atendidas 3.786 personas. De ellas, 192 fueron acogidas en alguno de los siete recursos alojativos para personas en situación de sin hogar que gestiona la entidad en la isla de Tenerife, donde se proporciona cobertura de necesidades básicas y acompañamiento psico-socioeducativo y para la mejora de la empleabilidad. Del total de atendidas, 14 familias son monomarentales (mujeres solas con hijos menores a su cargo). 

La situación de crisis sanitaria que todavía hoy seguimos viviendo, y la consecuencia administrativa directa de dicha situación, ha propiciado la ralentización de todos los procesos burocráticos, lo que ha aumentado aún más la dificultad de las personas para finalizar sus procesos y lograr la plena reinserción social. De igual modo, la pandemia ha sacado a la luz la realidad de muchas personas en situación de exclusión residencial extrema, sobreviviendo en lugares poco salubres y dignos. En esta línea, Cáritas Diocesana de Tenerife ha visto cómo aumentaban notablemente las personas en situación de sin hogar atendidas por el proyecto de Unidades Móviles de Atención en Calle (UMAC), tanto en la isla de Tenerife como en La Palma. Así, en 2022 fueron acompañadas un total de 1.253 personas en situación de sin hogar, un 70% más que en 2019. 

En comunión con el objetivo pastoral de nuestra Diócesis, que nos invita a mirar a las periferias existenciales, Cáritas Diocesana de Tenerife sigue trabajando intensamente en materia de Vivienda y Empleo, como respuesta a las demandas planteadas desde el territorio. Ello, sin olvidarnos del acompañamiento de las personas acogidas en nuestros recursos alojativos y que, por diferentes motivos, no pueden acceder a una vivienda; de los migrantes, que la situación de pobreza y conflicto expulsa hasta nuestras fronteras; de los mayores que pasan la jornada en nuestros Centros de Día o que acompañamos en sus domicilios a través del voluntariado; o nuestra apuesta por la economía solidaria, donde las empresas de inserción constituyen una alternativa al modelo excluyente que prima en la sociedad. 

Porque en Cáritas apostamos por “tejer redes, hacer comunidad, sumar trabajo, sueños, hacer común-unión con otros, que son las llaves que nos permiten entrar en otros mundos posibles, donde fluyen corrientes de amor, justicia y fraternidad, que transforman y alimentan la esperanza de las personas”. En esta línea de transversalidad de nuestras acciones, y respondiendo a nuestra misión como cristianos que conocemos quiénes son los preferidos del Señor, seguimos impulsando proyectos como “Base 25”, cuyo objetivo es prevenir el sinhogarismo y proporcionar alternativas habitacionales a personas y familias en situación de vulnerabilidad y exclusión residencial, acompañándolas en su plena inclusión social. “Base 25” atendió a 741 hogares y 1.911 personas el año pasado, entre las que había 610 menores de edad. Lo hizo con un equipo multidisciplinar, que asesora e interviene socio-jurídicamente y desde el empleo a personas y familias afectadas por desahucios y ejecuciones hipotecarias, entre otras.

Además, 81 personas se beneficiaron de la atención de los centros diurnos para mayores y otros servicios especializados para este colectivo, como el proyecto “Santa Luisa de Marillac” en La Gomera, siendo esta otra de las líneas de acción de la institución, que apuesta por el envejecimiento activo incluso de aquellas personas en mayor situación de vulnerabilidad social. Igualmente, dentro del trabajo por el Derecho a la Salud se desarrolla el proyecto de desintoxicación y deshabituación alcohólica “Drago”, que atendió a 213 personas, de las cuales el 35% recibió la alta terapéutica.

Por otro lado, y en el marco de la economía solidaria, en agosto de 2016 se pusieron en marcha dos empresas para la inserción sociolaboral de los colectivos más vulnerables, “114 Espacio Creativo”, dedicada al diseño, las artes gráficas y el desarrollo de eventos; y “Buscándome las Habichuelas”, especializada en la producción y comercialización de productos agropecuarios ecológicos. Ambas continúan creciendo y diversificando sus acciones, aumentando además sus plantillas. No en vano, desde agosto de 2017 “Buscándome las Habichuelas” inició una nueva línea de negocio vinculada a la “ECOcina”, con la elaboración de envasados, conservas y caterings ecológicos. Además, participa en el programa Ecocomedores del Gobierno de Canarias y en el Proyecto GOSA (Grupo Operativo de Sostenibilidad Alimentaria) del Ministerio de Agricultura.

Mientras, en el área de Cooperación Internacional se desarrollaron tres líneas de trabajo: la educación para el desarrollo, en la que se enmarca la tienda de comercio justo “El Surco”, ubicada en La Laguna; las emergencias internacionales, donde se trabaja de forma coordinada con la Confederación Cáritas Española; y la cooperación para el desarrollo, a través de la cooperación fraterna con realidades específicas de los países del Sur. 

Con respecto a los perfiles de beneficiarios en 2022, la mayoría de las personas atendidas fueron mujeres (en torno a un 65%), y a medida que se acerca el fin de la vida laboral se localizan situaciones de mayor vulnerabilidad. En concreto, las personas de entre 40 y 60 años representan casi el 60% de los beneficiarios de la acción de Cáritas. Por ello, Cáritas Diocesana de Tenerife plantea la “sistemática vulneración” y la “precarización de los derechos” de las personas que se atienden diariamente tanto en las parroquias como en los distintos programas y proyectos con los que cuenta la institución, ya que los datos continúan reflejando que el 29,1% de la población en Canarias (unas 600.000 personas, según el último informe de la Fundación Foessa, publicado en marzo de 2022) se encuentra en situación de “desventaja importante” y más de 300.000 están en situación de “exclusión severa”. No en vano, dicho informe expone que hoy existen en Canarias más de 120.000 núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro. 

Igualmente, la entidad sigue constatando el aumento de las personas migrantes llegadas a Canarias en situación administrativa irregular, a las que se trata de dar respuesta desde los diferentes proyectos y desde el Programa de Migraciones, que de forma transversal atiende las especificidades de este colectivo. En esta línea, Cáritas denuncia que “las medidas diseñadas por la UE de control de flujos migratorios tendentes a convertir territorios como Canarias en “cárceles para migrantes”, cierre y externalización de fronteras y deportaciones, no son ajenas a las causas (conflictos armados, pobreza y desigualdades, cambio climático, etc.) que obligan a las personas migrantes a salir de sus países. 

Así, la entidad considera que “es imprescindible priorizar políticas de desarrollo justo en los países de origen, así como evitar que sigan siendo víctimas de organizaciones delictivas que se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades en los países empobrecidos. Hemos de denunciar que más de 2.000 personas perdieron la vida en 2022 intentando alcanzar las costas españolas”. Al respecto, el director de Cáritas Tenerife, Juan Rognoni, insiste en la necesidad de “implementar medidas urgentes y eficaces” encaminadas a luchar contra la exclusión social y la pobreza, para hacer desaparecer el alto porcentaje de trabajadores y pensionistas en situación de exclusión. Igualmente, Rognoni recuerda la labor que desarrollan las personas voluntarias, que participan con su dedicación en el desarrollo de los proyectos, que representan la base y el cimiento de Cáritas. Así, durante 2022 contamos con 852 personas voluntarias (650 mujeres y 202 hombres) en nuestros proyectos y los 17 Arciprestazgos de la Diócesis.

En el apartado económico, Cáritas Tenerife tuvo unos ingresos de 9.932.451,16 euros el año pasado, de los cuales 5.272.593,54 euros (un 53%) procedieron de aportaciones privadas provenientes de donantes particulares, fundaciones, empresas y las colectas parroquiales del primer domingo de mes; el resto, un total de 4.659.857,62 euros (el 47%) procedieron de recursos públicos. En este sentido, desde la entidad se agradece el esfuerzo de la ciudadanía en una época tan complicada como la actual, donde de nuevo ha salido a relucir la solidaridad y el apoyo a los más vulnerables, especialmente en el caso de la emergencia en La Palma.