Agaete volvió a vibrar al unísono en una de las celebraciones más esperadas y sentidas del día grande de las fiestas en honor a Nuestra Señora de las Nieves. El municipio se llenó de emoción en una auténtica marea de alegría, saltos y fervor junto al mar. Como cada año, decenas de miles de personas cumplieron con la tradición de reunirse en la ermita costera, en una multitudinaria peregrinación popular que fusiona identidad, música, entusiasmo desbordante y una arraigada tradición compartida.
Desde primeras horas de la tarde, la emblemática marea verde, encabezada por los papagüevos y acompañada del ritmo de las tres bandas locales, tomó las calles rumbo al Puerto de Las Nieves. La Banda de Agaete, la Banda Guayedra y la Banda Clandestina guiaron a vecinos y visitantes en un recorrido lleno de emoción, alegría y una devoción que se transmite de generación en generación.
Tras horas de celebración y baile, Agaete volvió a mostrar su inagotable vitalidad en un emotivo encuentro frente a la Ermita de Las Nieves. Allí, cientos de ramas se ofrecieron como símbolo de gratitud y esperanza. La entrega del pueblo se hizo sentir con fuerza en una avenida repleta de danzantes, que respondieron a la cita con todo su corazón y una energía arrolladora. El tradicional grito de “¡Seis, seis, siete, ocho y nueve!” volvió a marcar el momento culminante, ya convertido en símbolo de identidad y emoción colectiva.
La orilla de la Playa de Las Nieves se transformó una vez más en el centro de la alegría de la isla, con el murmullo del mar como telón de fondo y el calor de un pueblo entregado por completo a su fiesta.
