Este sábado, 27 de diciembre, a partir de las 11.00 horas, en la playa de Salinetas, en el municipio de Telde, se llevará a cabo una cadena humana en defensa del litoral. La movilización, organizada por la Plataforma por un Litoral Limpio, había sido inicialmente prevista para el pasado 13 de diciembre, pero fue suspendida debido a la borrasca Emilia.
La concentración tiene como principal objetivo reclamar la retirada de las jaulas marinas situadas frente a la costa teldense y exigir responsabilidades por los graves episodios de contaminación registrados hace aproximadamente dos meses. Vertidos que provocaron el cierre de varias playas del municipio y la muerte de unas 1.500 toneladas de lubinas. Desde la Plataforma hacen un llamamiento a la ciudadanía para que participe en la concentración con pancartas y camisetas negras, como protesta sobre la situación actual del litoral.
A estas acusaciones se añade la información publicada por Canarias7, que evidencia la existencia de graves irregularidades en el emisario del barranco de Silva. Según el citado medio, una inspección realizada el pasado 15 de octubre por la Dirección General de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático del Gobierno de Canarias constató vertidos no autorizados al mar, presencia de sustancias contaminantes prohibidas y un sistema de depuración que incumple la normativa vigente.
El emisario, autorizado únicamente para verter aguas residuales urbanas depuradas procedentes de la EDAR de Ojos de Garza, habría evacuado vertidos no permitidos procedentes de la depuradora de Silva, una instalación que no está preparada para tratar contaminantes industriales.
Los análisis de vertido correspondientes a 2024, así como una inspección previa de noviembre de 2023, detectaron la presencia de níquel, selenio y zinc disueltos, además de clorpirifós y terbutilazina. Estas irregularidades coinciden temporalmente con los episodios de contaminación marina y los cierres de playas.
El informe también recoge incumplimientos técnicos de especial gravedad. El emisario carece del tramo difusor final de 36 metros contemplado en la autorización y dispone únicamente de una boca de descarga, lo que incrementa la alteración del medio marino. Además, no se realizan todos los análisis mensuales obligatorios ni se garantiza la ausencia de sustancias prioritarias en los vertidos.




