Vladimir Kokorev será operado de corazón en Tenerife tras su odisea carcelaria en Juan Grande
El presunto testaferro de Teodoro Obiang en España, el empresario hispano-ruso Vladimir Kokorev, será intervenido del corazón y de urgencia en los próximos días en Tenerife, tras haber pasado 30 meses en prisión preventiva en la cárcel grancanaria de Juan Grande.
Kokorev, ya jubilado y enfermo, y acusado de lavar unos veinte millones de euros, ha solicitado permiso a la jueza Ana Isabel de Vega, del Instrucción nº5 de Las Palmas, al presentar “varias enfermedades graves, entre ellas algunas que afectan a su sistema vascular y circulatorio”. En el escrito, sus abogados señalan precisamente que “tras su salida de prisión ha podido ser sometido a diferentes pruebas diagnósticas que han permitido diagnosticarle varias enfermedades que aparecieron y/o se agravaron durante su permanencia en prisión”.
Así, ante “la presencia de angina de pecho a mínimos esfuerzos” tendrá que ser sometido en Tenerife a una intervención quirúrgica de urgencia “para revascularización de las arterias coronarias, bajo anestesia general y probablemente con carácter invasivo, al habérsele diagnosticado lesión crónica calcificada severa”.
Tras pasar dos años y medio en la cárcel preventivamente, y dado que el supuesto ‘amigo’ de Obiang tiene prohibida como medida cautelar la salida de la isla de Gran Canaria, debiendo comparecer semanalmente ante ese Juzgado, se ha pedido de forma extraordinaria a los fines de tratamiento y convalecencia posterior el desplazamiento a la Isla de Tenerife junto a su mujer Julia.
Precisamente la situación humanitaria de quien viviera durante más de 20 años a caballo entre Madrid y las Islas Canarias ha sido llevada al Parlamento Europeo, donde se ha denunciado el abuso de una prisión preventiva que habría presuntamente producido el agravamiento de las lesiones cardiovasculares de Kokorev o la aparición de algunas de ellas. Así lo hizo un grupo de europarlamentarios que envió el escrito a la Fiscalía General del Estado, quién lleva meses sin pronunciarse.
Durante su estancia en la cárcel, el anciano nacionalizado español padeció de diabetes, con frecuencia sufrió desmayos debido a su desgaste físico y psicológico, y perdió la movilidad en una pierna. Ya entonces, se puso en conocimiento del juzgado que sus problemas de circulación se habían agravado, y se habían multiplicado los dolores en la pierna izquierda hasta hacerle perder la movilidad cada pocos días: “intento caminar cojeando todo lo que puedo para que la sangre circule pero llega un momento cuando ya no puedo aguantar más y me acuesto”, relató ya hace un año en una carta el empresario, contra el que no se espera en breve auto de procesamiento.
Entre los padecimientos que llegaron hasta la Audiencia Provincial, se apuntaron mareos, sudores fríos y pérdidas ocasionales de la conciencia, todo en medio de una cardiopatía isquémica asociada a una arteriosclerosis que ahora intentará atajarse con una operación de urgencia.
Tras una década de investigación sin un horizonte penal definido contra quien se dedicara durante años al transporte marítimo en el Golfo de Guinea, la propia policía canaria ha admitido que ninguno de los inmuebles en distintas ciudades de España que se atribuyen al presidente Obiang guarda relación con las transferencias recibidas del Estado de Guinea Ecuatorial por la compañía Kalunga, propiedad de Kokorev.
Se acerca a los dos meses el tiempo que el fiscal del caso, Luis del Río, lleva sin pronunciarse ni informar en ningún sentido sobre una prueba pericial informática que acredita de manera fehaciente trazas de manipulación (creación, borrado y alteración de ficheros) en parte del material informático aportado a la instrucción de este vidrioso caso.