Vecinos del Polígono San Cristóbal exigen la reapertura del local donde hacerlo
Canarias
04 mar. 2016

Piden que les dejen volver a repartir alimentos a los necesitados de Las Palmas

Agarradas a una puerta cerrada. Así se presentan usuarias, vecinas y hasta la presidenta de la Asociación de Vecinos Las Tenerías en el Polígono de San Cristóbal en Las Palmas de Gran Canaria, María Luisa Cámara. Piden al ejecutivo autonómico que agilice la cesión del local donde han venido desarrollando  sus actividades desde hace 25 años. El pasado 18 de noviembre de 2015 una orden judicial les obligaba a abandonar el local y echar el cierre tras un rosario de recursos en los juzgados. Todo se remonta al año 2006, cuando cambia la directiva de la asociación de vecinos, concesionaria del local. La nueva directiva reconoce que su desconocimiento y la falta de información por parte de la directiva anterior les jugó una mala pasada al olvidar solicitar la renovación de la concesión del local al gobierno canario. Años más tarde llegaría el aviso por el que deberían abandonar el local al no tener la concesión. A pesar de los recursos y de la negociación para que les concedieran una prórroga, los intentos fueron infructuosos procediéndose al desalojo y cierre del local.

 

La prioridad, la labor social

La Asociación de Vecinos Las Tenerías se caracterizaba por albergar múltiples actividades en su local. Un club de calado y telar, murgas, teatro, gimansio, kárate o reuniones de alcohólicos anónimos eran algunas de ellas. Pero si hay una acción por lo que los vecinos se han puesto en pie de guerra es la labor solidaria que desarrollaban diariamente. Con el aval del Banco de Alimentos de Las Palmas repartían comida para más de 180 vecinos derivados desde los servicios sociales del Cono Sur, según asegura María Luisa Cámara. Desde que el local está cerrado no pueden prestar ese servicio y algunas de las familias han sido derivadas a otros puntos como Tafira. No obstante, vecinas como Reyes Sosa han decidido seguir por su cuenta, recabando alimentos que una panadería les daba por la noche, y los reparte mano a mano a los antiguos usuarios de la asociación. Desde esta óptica, los vecinos urgen a gobierno y ayuntamiento a que les cedan con urgencia otro local en la zona o que reabran su antigua asociación para poder seguir prestando este servicio, y es que el ayuntamiento entra en juego al estar pendiente de que el gobierno le transfiera la propiedad del local.

 

Los damnificados

Ulla Kirjonen, finlandesa que lleva 40 años en Canarias,  era una de las usuarias del reparto de alimentos de esta asociación. A sus 62 años gana 260 euros limpiando casas y paga un alquiler de 320 euros. Asegura que necesita un mínimo de 500 euros al mes para “sobrevivir”  y que vive gracias a la ayuda que sus hijos y algunos vecinos le dan. “Esto para mí era una cosa muy grande” asegura esta mujer que lleva más de 15 años en el paro.  Orlando Torres, que vive en un local comercial de la zona sin luz, también lamenta la situación: “Llevaba dos años comiendo a este reparto y ahora tengo que pedir a los vecinos porque no tengo ni para desplazarme a Tafira”, aludiendo al lugar a donde les han derivado para un nuevo raparto de alimentos.