"Pedro Suárez es el hombre de los negocios de ATI"
Si una imagen vale más que mil palabras, escuchar durante más de tres horas las grabaciones del caso Arona da vida propia a los cientos de folios de transcripciones que los agentes de la Guardia Civil escribieron durante meses de intervenciones telefónicas. En la mañana de este lunes, durante la vigésimo primera sesión del juicio, José Alberto González Reverón masticó con más fuerza el chicle que siempre lleva en su boca, Félix Sierra se balanceó una y otra vez sobre su silla, y Juan José Alayón no paró de hacer comentarios hasta que la presidenta del Tribunal le llamó la atención. La tensión se olía en el ambiente porque hoy no era su abogada la que hablaba por ellos, sino su propia voz.
Aunque estaba previsto que las audiciones se prolongaran hasta el miércoles, cuando ya habían transcurrido algo más de tres horas y se habían reproducido un total de 54 conversaciones telefónicas, la fiscal, Francisca Sánchez, mandó parar las máquinas porque ya era "suficiente". La representante del Ministerio Público bañó de alivio las caras de los acusados, que resoplaron de satisfacción mientras sus abogados se apresuraban a sumarse a la petición de la Fiscalía, que consideró un trámite innecesario alargar el mal trago cuando "ha quedado acreditado de sobra que las grabaciones se corresponden con las transcripciones".
Nunca el tiempo había pasado tan lento en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Tres horas. 180 minutos que se hicieron eternos. 54 conversaciones fueron más que suficientes para poner de manifiesto cómo funcionaba el Ayuntamiento de Arona en materia urbanística. Aunque en las transcripciones hay más, mucho más, en la sesión de hoy salió a relucir la facilidad con la que vecinos, o algunos de ellos, y promotores llamaban al exalcalde José Alberto González Reverón para intentar que intercediera en expedientes urbanísticos donde tenían problemas para obtener la licencia. Pero, sobre todo, lo que más se escuchó fue el inconfundible sonido de la voz de Juan José Alayón, Cheché para los amigos, que eran muchos si se tiene en cuenta la cantidad de personas con las que hablaba al día en un tono de confianza.
Alayón, comunista confeso, enamorado de Cuba, y concejal durante décadas en Arona, donde finalmente acabó en la lista electoral de Coalición Canaria como independiente, es conocido por su facilidad de palabra. Especialmente por hablar mucho, para algunos más de la cuenta. Esa cualidad se evidenció durante la mañana de este lunes, cuando su voz retumbó en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de la capital tinerfeña con afirmaciones que hicieron temblar a más de uno de los presentes.
"Pedro Suárez era el hombre de los negocios de ATI", se escuchó, y todos los ojos buscaron una mirada cómplice en la que apoyarse. El promotor, dueño de la quebrada Gomasper, vicepresidente del Club Deportivo Tenerife, expresidente del Círculo de Empresarios del Sur, entre otras actividades conocidas, se ha convertido en protagonista a lo largo del juicio pese a no estar sentado en el banquillo. Este lunes, en boca del exconcejal Alayón, su nombre volvió a aparecer vinculado al de otro de los grandes empresarios de Tenerife, el expresidente de CajaCanarias Rodolfo Núñez, propietario de la aerolínea Binter.
Durante un día de Reyes, el 6 de enero de 2008, Alayón mantuvo una intensa conversación con un interlocutor desconocido, que se reconoce como un antiguo socio de la patronal hotelera, Ashotel, y cuyo nombre aparece transcrito en el sumario como "CAIN". Ambos hablan a verso suelto sobre presunta corrupción en la asociación de hoteleros. "Cuando supe que robaban se lo comenté a Pedro Luis Cobiella para que hablase con el Gobierno, pero no hicieron nada", comentó durante su íntima conversación con el exconcejal.
De empresario influyente a empresario influyente, la conversación continuó con la figura de Pedro Suárez. Según Alayón, el dueño de Gomasper y Rodolfo Núñez "se han dedicado a beneficiar a las grandes superficies y multinacionales". Fue entonces cuando su interlocutor lanzó la frase que hizo vibrar el Palacio de Justicia: "Pedro Suárez es el hombre de los negocios de los tíos de ATI [Agrupación Tinerfeña de Independientes, la semilla de CC], que los dineros de ATI se los dan para que invierta". Cheché, al otro lado del teléfono, asintió con su silencio.
La vinculación estrecha entre Pedro Suárez y Rodolfo Núñez, más conocido como Rudy, también quedó reflejada en otra de las conversaciones de Alayón, en la que señala al expresidente del Círculo de Empresarios del Sur como un súbdito del propietario de Binter: "Suárez solo está al servicio de Rudy, solo saca licencias para él".
No hay que olvidar que entre las más de 200 licencias investigadas figuran múltiples permisos urbanísticos de los que se benefició la empresa Gomasper. En Costa del Silencio, Pedro Suárez recibió el visto bueno a la construcción de urbanizaciones residenciales en suelos donde solo se permitía el uso hotelero. En parcelas con la misma clasificación, a escasos metros de distancia, la Junta de Gobierno de Arona rechazó durante años el proyecto para construir viviendas que presentó el promotor vasco José Ramón Ansorena, uno de los denunciantes.
"Si el juez tira por otro camino, encuentra más"
No fueron estas las únicas conversaciones que se escucharon en la mañana de este lunes en las que se hizo mención al vicepresidente del CD Tenerife. En otra de las intervenciones telefónicas, Alayón aseguró, en relación a la investigación del caso Arona, que "si el juez tira por otro camino, encuentra más; que mire las volumetrías de las licencias de Pedro Suárez", aseguró el edil, como si no hubiera sido, o precisamente por haber sido, uno de los miembros de la Junta de Gobierno que aprobó los permisos.
El póker de empresarios influyentes que flotan sobre las conversaciones del sumario lo cerró Juan Fuentes Tabares, magnate de la publicidad en las Islas. En otra de las grabaciones se plasmó su poder en palabras del propio Alayón: "Aquí lo que diga Juan Fuentes, si quiere, va a misa".
Alayón es, junto con González Reverón, el hombre más escuchado por la Guardia Civil. Si el exalcalde se caracterizó por tener hilo directo con cualquier interesado en la política urbanística de Arona, el exconcejal independiente de CC llamó más la atención de los investigadores por la soltura de su lengua. Entre las 54 intervenciones telefónicas reproducidas este lunes, una mínima parte de todas las que componen el sumario, destacó una conversación en la que Cheché menciona a otro de los acusados, el exarquitecto municipal Eliseo de la Rosa. "Una vez tranqué a Eliseo dando una licencia en un barranco; yo los podía haber metido presos". Alayón solo presentó una vez una denuncia judicial. Fue en la década de los ochenta, mucho antes de que se produjeran los hechos por los que ahora se sienta en el banquillo. Fue archivada.
Sobre Eliseo de la Rosa y su presunto currículum corrupto también habló González Reverón en otra de las conversaciones cazadas por la Guardia Civil en 2008, en la que intentó desvincular la causa abierta por la presunta concesión de licencias urbanísticas ilegales, por las que está acusado, de la supuesta trama tejida para el cobro de mordidas. "Ahora han mezclado lo de Eliseo, que podía haber saltado hace cinco años, diez, quince".
De un funcionario de la Oficina Técnica, no se puede saber si en concreto se trata de De la Rosa, habló también Reverón en tono amenazante con otra de las personas de su máxima confianza: "Al arquitecto me lo voy a cargar ahora, lo voy a suspender de empleo y sueldo".
Las llamadas de particulares al móvil de Reverón eran el pan de cada día en la agenda del exalcalde de CC. Desde poderosos empresarios hasta humildes vecinos de las zonas más marginadas del municipio tinerfeño. Todos tenían el número del alcalde. Todos lo usaban para buscar sus favores. Una pequeña muestra de ese hilo de influencias sonó este lunes en el Palacio de la Justicia, pero muy lejos de reflejar la constante actividad que emana de los cientos de folios de transcripciones que obran en el sumario.
Los periodistas también tuvieron su minuto de gloria. Félix Rojas, que destapó la corrupción de Arona en un serial de informaciones que publicó La Opinión de Tenerife en 2003, aparece en una conversación en la que le recuerda a su tocayo Sierra que "puede saltar lo de Manolo [Barrios], porque eso no se puede hacer". Blanca Salazar, exjefa de prensa de Berto Reverón y actual responsable de comunicación de Podemos en el Cabildo de Tenerife, que continuó con las noticias judiciales sobre el municipio tinerfeño en el periódico de los Moll, a la que aluden en una conversación como alguien que "está buscando el Pulitzer". O un periodista sin identificar que publicó un auto del juez Nelson Díaz y que Reverón se marcó como objetivo: "Hay que ir a por el pollo ese".
La decisión de la Fiscalía de ahorrar varias sesiones de grabaciones permitió que los magistrados de la Audiencia Provincial diseñaran sobre la marcha un nuevo calendario, con la intención de, al menos, empezar con las conclusiones de las partes esta semana, por lo que el caso podría quedar visto para sentencia casi un mes antes de lo previsto. Mañana, una nueva cita con el sonido de la corrupción de Arona. Esta vez, con la continuación de la audición de la cinta de los Ansorena y la presunta extorsión de Arsenio Zamora.