Las Teresitas (parte VI): 'Rudy' Núñez, militante y amigo
Hay veces que basta con cerrar los ojos para viajar de un lugar a otro. Este viernes, los asistentes a la declaración de Rodolfo Núñez, expresidente de CajaCanarias, fueron trasladados hasta un guachinche del norte de Tenerife. Allí se encontraron con que, acompañados por una pella de gofio y una cuarta de vino, un grupo de comensales charlaban alegremente sobre una caja de ahorros que, en el verano de 1998, le prestó 5.500 millones de pesetas a un peón de la construcción que se había empeñado en dar el pelotazo del siglo. Solo hasta que los tacones de los zapatos de Rudy, como le conocen amigos y simpatizantes, volvieron a retumbar en las paredes de la sala al bajar del estrado judicial, el público presente en la sexta sesión del juicio de Las Teresitas no se percató de que todo había sido fruto de su imaginación.
Sorprende que Rodolfo Núñez se haya tomado su importante declaración como testigo como si fuera una charla de barra de bar, pero no tanto como pensar que durante 12 años esa misma persona que habló este viernes de hechos presuntamente delictivos como quien opina sobre el último fichaje del CD Tenerife ha sido el principal gestor de los ahorros vitalicios de gran parte de la sociedad tinerfeña. La chabacanería que desplegó durante su interrogatorio ayudó a disfrazar como intrascendente un testimonio que arrojó datos especialmente significativos y, que sobre todo, ayuda a trazar con mayor precisión la historia que rodea a una de las investigaciones más importantes de Canarias.
Sin CajaCanarias no hubiera sido posible la operación con la que la sociedad Inversiones Las Teresitas, todavía en vías de constitución cuando se otorgó el crédito, ganó más de 110 millones de euros sin arriesgar ni un céntimo. Es decir, el préstamo de la entidad absorbida por La Caixa, aunque ninguno de sus antiguos responsables haya sido acusado, fue el principal pilar sobre el que se sustentó toda la operación. Por eso llama la atención la tranquilidad con la que Núñez reconoció que durante cuatro años, como alertó la Policía Judicial durante la investigación, el expresidente de la Caja recibió, entre 1998 y 2002, cerca de cuatro millones de euros de Antonio Plasencia, uno de los beneficiarios de la decisión del Consejo de Administración.
Así que resulta que uno de los empresarios que percibió el crédito, sin más aval que los propios terrenos que iba a comprar, durante cuatro años le ingresó cuatro millones de euros al que fuera presidente de la Caja que le autorizó el préstamo. "Mantengo una buena relación con Antonio Plasencia, que me prestó ese dinero para entrar en Binter", aclaró Núñez, pese a que ya no cabía ninguna duda de su amistad después de saber que fue el dueño de Promotora Puntalarga el encargado de apadrinar su llegada a la principal aerolínea de las Islas Canarias.
Mientras todavía fluía el dinero desde empresas de Plasencia a sociedades de Núñez, en el año 2001, el expresidente de CajaCanarias, que seguía al frente de la entidad, decidió abrir una cuenta en el banco HSBC, que casualmente se encuentra ubicado en Suiza. Cómo iba a imaginar Rudy que un tal Falciani vendría una década después a contarle al mundo la manía que le ha dado a algunas personas adineradas de llevar sus fortunas a paraísos fiscales.
Ninguno de las 18 juristas con derecho a preguntar en la sala, entre abogados y acusadores, sintió curiosidad por la afición de Núñez de dejar su patrimonio en manos de un banco helvético. Sí tuvo la ocurrencia de cuestionar el representante de Justicia y Sociedad, José Pérez Ventura, por las aficiones políticas de Núñez. "Tengo el carné de ATI [la antigua Agrupación Tinerfeña Independiente], pero no lo he cambiado por el de Coalición Canaria", contestó el testigo con una sonrisa en la boca mientras crecía el murmullo general. "Me une una estrecha amistad con Manuel Hermoso", remató.
Así que resulta que uno de los empresarios que percibió el crédito, desde 1998 a 2002 le prestó cuatro millones de euros al que fuera presidente de la Caja que autorizó el préstamo, que a su vez es militante de ATI, el partido al que pertenecía el principal acusado en el Caso Las Teresitas: Miguel Zerolo. Y el trabalenguas acabaría aquí de no ser porque Núñez tenía mucho más que contar al auditorio que este viernes se dio cita en el Palacio de Justicia.
"Querían construir"
La fiscal María Farnés Martínez, que tuvo que pedir durante la instrucción el sobreseimiento de la investigación abierta contra Núñez y su director general en el momento del crédito, Álvaro Arbelo, por falta de pruebas, desplegó una batería de preguntas encaminada a demostrar la escasa diligencia con la que se otorgó el préstamo a particulares más importante de la historia de la entidad tinerfeña. Y la jugada le salió redonda.
El expresidente de CajaCanarias reconoció que "no hizo ninguna comprobación" sobre el testaferro que utilizó Ignacio González, sancionado por el Banco de España por formar parte del Consejo que autorizó el crédito, y llegó a ironizar con que "podía haber sido un importante promotor del sur de la Isla". Si le hubiera picado el gusanillo, se hubiera encontrado con que le iba a prestar 5.500 millones a un mileurista. Un hecho que, en cualquier caso, consideró algo insustancial porque "quien estaba detrás de la operación era Plasencia con el Grupo Promotora Puntalarga".
Núñez deslizó toda la responsabilidad en los "técnicos" de la Caja, que eran los "responsables" de fiscalizar un crédito que se basó en la "viabilidad de la operación" y no en los avales de los beneficiarios, que se limitaban a los propios terrenos que querían comprar. Llegó incluso a negar que el Banco de España hubiera cuestionado la tasación de Tinsa, que reconoció que ni siquiera analizó, por la que se fijó el precio del suelo en 500 millones menos de lo que finalmente se prestó a Inversiones Las Teresitas. Una contradicción que obligó a María Farnés Martínez a leer varios párrafos de las conclusiones del organismo monetario.
"No conozco eso, solo el acta de los inspectores del Banco de España, y no pone nada de eso", respondió Rudy Núñez. Minutos después, tras recibir una tormenta de preguntas de la fiscal, terminó por admitir que tuvo acceso al informe "hace 15 días", mientras preparaba su declaración de este viernes. El expresidente de CajaCanarias ilustró a los presentes con las motivaciones que movían las decisiones de la entidad: "La operación era rentable económicamente y lo que queríamos era que hicieran la promoción con nosotros". En resumen, buscaban un buen negocio para todos.
Así que resulta que uno de los empresarios que percibió el crédito, desde 1998 a 2002 le prestó cuatro millones de euros al que fuera presidente de la Caja que autorizó el préstamo, que ni siquiera comprobó los credenciales del otro socio en la operación y se basó únicamente en el negocio que le iba a generar a la entidad el pelotazo, y que a su vez es militante de ATI, el partido al que pertenecía el principal acusado en el Caso Las Teresitas: Miguel Zerolo.
Rodolfo Núñez insistió en que el dueño de Promotora Puntalarga lo que quería era construir. Lo hizo a preguntas de Esteban Sola, abogado de Pedro González pero este viernes también en representación de Antonio Plasencia ante la ausencia de su letrado, al que, obviamente, no se le ocurrió preguntar cómo es posible que el presidente de CajaCanarias supiera que se iban a edificar los terrenos si todavía no se había dictado la sentencia del Supremo que, seis días después de la concesión del préstamo, declaró urbanizaba el frente de playa.
También tuvo tiempo Núñez de desmentir la sonada declaración del exconsejero de la Caja Amid Achi, que esta semana aseguró que fue presionado para cambiar su voto negativo al crédito por una abstención. Dijo que no le constaban las presuntas coacciones al empresario sirio, que aseguró que le amenazaron con consecuencias para sus empresas, y vinculó su actitud al hecho de que "tenía interés en participar en el negocio de Las Teresitas". Vamos, que Achi actuó fruto del rencor que le provocó quedarse fuera del reparto del pastel. Versión Rudy.
Declara la exjefa jurídica del Ayuntamiento
Con el escalofrío en el cuerpo que dejó la declaración de Núñez, llegó el momento de escuchar a la que hasta hace unos meses era la jefa de los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Isabel Cubas. La letrada echó más leña a la hoguera que encima de la mesa de las defensas encendió este jueves Ruyman Torres.
Como hiciera el exabogado municipal, Cubas apuntaló la tesis que sostiene con fuerza la fiscal sobre la posible adquisición de terrenos que ya eran públicos con la compraventa del frente de playa en 2001. Al igual que Torres, destacó la importancia de los documentos encontrados en la Gerencia de Urbanismo en 2013, sobre todo una escritura de 1967 y una ficha del inventario que vendrían a ratificar la cesión de más de 60.000 metros cuadrados por parte de la Junta de Compensación de Las Teresitas.
Isabel Cubas, ahora en comisión de servicios en el Ayuntamiento de La Laguna, explicó que le llamó la atención especialmente que una de las dos copias de la escritura de 1967 que se hallaron en la Gerencia tenía apuntes a mano, presuntamente realizados por el exconcejal de Urbanismo Manuel Parejo, en los que se podía leer la palabra "recuperables". La exjefa de los Servicios Jurídicos avaló la decisión que tomó juntó a Torres y a otra de las juristas municipales, Luisa del Toro, de trasladar la nueva documentación a la Fiscalía. "Concluímos que tenía relevancia penal", explicó.
Con la declaración de la exjefa de los Servicios Jurídicos se puso punto final a una intensa semana en la que 13 testigos han desfilado por delante de los tres magistrados de la Audiencia Provincial que, con Joaquín Astor Landete a la cabeza, dictarán una de las sentencias más esperadas en Canarias. Para ello tendrán que bucear entre los miles de folios que componen el sumario y que con exquisito orden se guardan en un armario doble estratégicamente colocado a la izquierda de los acusados (ver foto). Pero esto no ha hecho nada más que empezar. El próxima lunes, a las 9.45 horas, continúa el que muchos llaman el juicio del año.