Ganadores en las urnas, perdedores en los pactos
La cara de Haroldo Martín el pasado sábado reflejaba a la perfección lo que había ocurrido minutos antes. A última hora, PSOE y PP cerraron un acuerdo que dio la Alcaldía del Ayuntamiento de La Victoria de Acentejo a Fermín Correa, a pesar de ser el candidato menos votado. El político nacionalista se veía obligado a ceder su bastón de mando pese a que el 24 de mayo su candidatura había sido la más respaldada en las urnas. No es el único caso en Tenerife: Antonio González Fortes en Buenavista, José Luis Fumero en Vilaflor, Olivia Delgado en Arico, y Marco González en Puerto de la Cruz también se quedaron con la miel en los labios pese a su éxito en la noche electoral.
Haroldo Martín llevaba cuatro años al mando del Ayuntamiento de La Victoria después de arrebatarle la Alcaldía al socialista Manuel Correa, que hasta 2011 gobernó con mayoría absoluta. Al regidor de CC le bastó un pacto con el PP, precisamente de Fermín Correa, para tomar las riendas del Consistorio norteño durante el pasado mandato. La jugada política de hace cuatro años, y la denuncia judicial que ha provocado que el exalcalde del PSOE tenga que sentarse en el banquillo de los acusados, le pasaron la factura el pasado sábado a Haroldo Martín, que se las prometía muy felices en base a la seguridad que desde su partido le ofrecían en forma de pactos en cascada. La realidad fue otra.
Manuel Correa, a pesar de ser apartado de la candidatura por su situación procesal, mantiene plena influencia sobre la Agrupación Local de los socialistas de La Victoria. Su papel fue clave para que su partido, pese a haber conseguido casi 1.200 votos más que el PP, le diera la Alcaldía a Fermín Correa a última hora para bloquear el acceso de CC al poder. Así, Haroldo Martín, con más concejales que cualquier otro, un total de seis, y el apoyo de 2.235 vecinos, tendrá que pasar los próximos cuatro años en la bancada de la oposición. De momento.
Menos sorpresiva, porque el pacto estaba cerrado desde hacía días, fue la elección de Lope Afonso (PP) como alcalde de Puerto de la Cruz. El candidato conservador no fue, sin embargo, el político más votado en las urnas. La noche electoral, el triunfador fue el socialista Marco González, que obtuvo 4.449 apoyos frente a los 4.173 votos que cosechó el PP. Ambas formaciones políticas empataron a siete concejales, por lo que la llave del nuevo Gobierno quedó en manos de Coalición Canaria, tercera fuerza del arco municipal después de perder cinco ediles y casi 3.000 votos.
A pesar de las exigencias que llegaban desde las cúpulas de ambos partidos, con un acuerdo, incluso, firmado por la comisión negociadora autonómica, que empujaba a un pacto de nacionalistas y socialistas, la exalcaldesa Sandra Rodríguez (foto) prefirió dejar el bastón de mando que ha ostentado en los últimos meses, tras el fallecimiento de Marcos Brito, en manos del que ha sido su socio de Gobierno. Así, Lope Afonso se convirtió el sábado en el primer regidor del PP en la historia democrática de Puerto de la Cruz.
De Buenavista a Arico pasando por Vilaflor
Cuatro años es el tiempo que le ha durado a Alternativa Sí Se Puede su primera Alcaldía, la que consiguió en 2011 al ganar las elecciones en Buenavista del Norte y gobernar en solitario. En esta ocasión, el cartel repetía rostro: Antonio González Fortes. El joven político volvió a lograr ser el candidato más respaldado en las urnas, con 1.332 votos y cinco concejales, pero empató en número de ediles con el PSOE. En esta ocasión no hubo pacto de no agresión y el candidato de CC, David Baso, el único representante de los nacionalistas con 318 apoyos, acató las órdenes de la dirección de su partido y devolvió el Ayuntamiento a sus históricos ocupantes.
También se ha quedado Sí Se Puede sin bastón de mando en el municipio de Vilaflor, donde José Luis Fumero ganó las elecciones con 444 votos y cuatro concejales. Un resultado insuficiente para evitar la pinza que le han hecho PSOE y PP, segunda y tercera fuerza, al sumar ambos los cinco ediles que en el municipio de Chasna dan la mayoría absoluta y la llave del Gobierno.
Cerca de Vilaflor, en Arico, la socialista Olivia Delgado ha vuelto a ver truncadas sus aspiraciones de hacerse con la Alcaldía. En 2011 lo consiguió, pero su efímero mandato duró lo que CC, PP y CCN tardaron en urdir una moción de censura. Ese mismo tripartito es el que ahora, cuatro años después, ha impedido a la candidata del PSOE acariciar de nuevo el bastón de mando. En un Ayuntamiento en el que estarán representadas hasta cinco siglas distintas, Delgado necesitaba ganar y, al venderse muy cara la mayoría absoluta, lograr que la aritmética le permitiera un pacto con Sí Se Puede. Olivia ganó, con cinco concejales y 1.289 votos, pero la formación alternativa solo consiguió un acta en el Consistorio, lo que propició el acuerdo entre las los gestores del municipio en estos últimos tres años. La diferencia, esta vez, es que la Alcaldía estará en manos de Elena Fumero, de CC.
Ganadores en las urnas, perdedores en los pactos; casos como estos abren de nuevo el debate sobre el sistema electoral actual y la posibilidad de implantar un método que permita gobernar a la opción más respaldada o forzar una segunda vuelta de votaciones. La controversia está sobre la mesa a la espera de la voluntad política.