El vandalismo toma el ‘Tenerife Tour’
El 25 de mayo de 2011 el hotel 'Tenerife Tour' de Las Caletillas, en Candelaria, cesó su actividad como consecuencia de un desprendimiento en el hall. La decisión se tomó porque buena parte de las dependencias del hotel presentaban serios problemas de carácter estructural, y técnicamente no se aconsejaba continuar con la actividad del mismo. A los problemas estructurales se sumaba la falta de respuesta de Costas a su petición de renovar la concesión de uso de su piscina, muy cercana al mar, y una situación económica insostenible que se agudizó con la crisis económica. Este establecimiento fue pionero en el Sur de Tenerife por su peculiar construcción con 96 habitaciones tipo bungalow y por su apuesta por la sostenibilidad. Tras su cierre, el ‘Tenerife Tour’, de propiedad privada, ha vivido numerosos episodios de vandalismo que han provocado el deplorable estado en el que se encuentra actualmente, y que podemos apreciar en las imágenes que un video aficionado ha cedido en exclusiva a MírameTV.
Este emblema de Las Caletillas está además ocupado por varias familias que se han instalado en él y se ha convertido, según los propios vecinos, en un punto de encuentro para el consumo de drogas. Varios incendios, como el registrado hace 3 años en uno de los pasillos del hotel, también han contribuido al deterioro del inmueble que constantemente sufre desprendimientos de cascotes. A pesar del estado de ruina y de la latente inseguridad que supone transitar por el recinto, cualquier persona, tal y como se aprecia en el vídeo, puede acceder sin ningún tipo de problema a este establecimiento situado justo al lado de la transitada Avenida Marítima de Las Caletillas.
Este establecimiento fue construido por la empresa Briesco en 1965 y concluyó en 1966. En 1968 lo adquirió Manuel Simón, quién constituyó la sociedad que lo explotó hasta su cierre, aunque en la última etapa las riendas las llevó su hijo Antonio Luis Simón Varela junto a otros propietarios. Los propietarios lo dieron por perdido en el 2011 y formalizaron un Expediente de Regulación de Empleo en el momento del cierre. 20 trabajadores por entonces perdieron sus puestos de trabajo y se ponía así punto y final a más de cuatro décadas de historia. Fue en el año 2009 cuando expiraba la concesión para el uso de espacio de dominio público de la piscina. Costas se negó a renovar la concesión, cosa que ahogó al hotel, y exigió que la piscina pasara a manos públicas. El Ayuntamiento de Candelaria expresó entonces su voluntad de que las piscinas fueran de uso público pero con el deterioro posterior del entorno abandonó el proyecto y no se ha preocupado si quiera en exigir a los propietarios el sellado de los accesos para garantizar la seguridad.