Marcos Hernández, el parricida de Alcarvaneras, acabó con la vida de su padre asestándole diez golpes con un hacha de grandes dimensiones cuando el fallecido se encontraba acostado en su cama, según confesó durante la mañana de hoy al prestar declacación en el Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria.
El magistrado ha ordenado su ingreso en prisión comunicada y sin fianza como presunto autor del asesinato de su padre, el poeta y abogado José Rafael Hernández Santana, del presunto homicidio imprudente de su madre, María Dolores Sánchez, y del abandono de persona discapaz.
Según relata el auto, como consecuencia del ataque le seccionó un brazo al padre y, además de otras lesiones graves, le fracturó el cráneo.
La tragedia en la casa familiar de la calle Italia se fraguó cuando sobre las nueve de la noche del 14 de octubre, la madre, que padecía una enfermedad degenerativa desde hace cinco años, murió después de sufrir un síncope que Marcos intentó, según su propio relato, subsanar con un masaje, pese a carecer de conocimientos y formación para ello. Sin embargo, no llamó al 112 ni se lo comunicó al padre cuando este llegó a la casa pasadas las diez de la noche. En ese momento, se produjo una discusión entre padre e hijo que concluye cuando el progenitor decide acostarse y ya en la cama se produce el parricidio.
El auto detalla que, además, el presunto asesino avisó de lo acurrido pasadas más de 15 horas, un tiempo que empleó en recoger y limpiar la habitación donde estaba su madre, de donde llegó a sacar hasta dos bolsas de basura que incluían pañales con heces y orines. Además, "barre la habitación, la cambia, le cubre los pies con una toalla, ordena su parte de la habitación, cambia su sábana porque estaba sucia" y todo ello para que no pareciera que no atendía a la fallecida.