El edificio Chasna de Costa del Silencio vuelve a ser ocupado
Medio año después del desalojo masivo del edificio Chasna 8, ubicado en Costa del Silencio, ha vuelto a ser ocupado. Este inmueble, anexo al número 10, construido en los años 70 pero nunca terminado, ha permanecido abandonado durante casi cinco décadas, hasta que en marzo de este año fue escenario del mayor desahucio colectivo en Tenerife.
El pasado 12 de marzo, el Ayuntamiento de Arona, respaldado por una orden judicial, procedió a desalojar a 210 personas que vivían en condiciones de precariedad en los apartamentos del Chasna 8. Entre los afectados se contaban 90 familias, algunas con menores, personas de la tercera edad, mujeres embarazadas y solicitantes de asilo ucranianos que huyeron del conflicto con Rusia. El desalojo, que implicó un despliegue policial considerable, se realizó sin incidentes graves, aunque hubo protestas y consignas de los afectados.
A pesar de las solicitudes de suspender el desalojo y ofrecer alternativas inmediatas, solo una parte de los desalojados fue reubicada en alojamientos gestionados por el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife. Mientras tanto, otros afectados recibieron promesas de ayudas para alquileres que, según denuncian, nunca se materializaron.
En respuesta, varios de los desalojados formaron una asociación y emprendieron acciones legales, argumentando que el desalojo se fundamentó en informes defectuosos que confundían el edificio Chasna 8 con el número 10. Alrededor de 30 personas comenzaron a acampar frente al inmueble, y aunque el número de acampados ha disminuido, algunos han permanecido en el lugar, enfrentándose ocasionalmente con los guardias de seguridad contratados por la familia Tavío, propietaria del edificio. Además, los ocupantes resistieron los intentos de los dueños de cercar el terreno donde se ubica la acampada, que finalmente resultó ser propiedad del Estado.
La falta de vigilancia por parte de empresas de seguridad ha facilitado el retorno de okupas al edificio Chasna 8. A diferencia del deteriorado Chasna 10, el inmueble número 8 presenta mejores condiciones estructurales, y en varios de sus pisos ya se observa que están siendo habitados de nuevo. Los balcones muestran señales claras de ocupación, como cortinas improvisadas para bloquear la luz y el frío nocturno.
Aunque algunas personas siguen viviendo en las casetas alrededor del edificio, la mayoría de los antiguos inquilinos ha vuelto a instalarse en los apartamentos. Según varios testigos, los actuales okupas son una mezcla de antiguos residentes, nuevas personas sin alternativas habitacionales y otros que han optado por ocupar los pisos como una declaración de su situación vital.
Sin embargo, el futuro de estas personas es incierto. La orden judicial de desalojo por los riesgos estructurales derivados de la aluminosis sigue vigente. Basta con que los propietarios o el ayuntamiento actúen para que se reactive el proceso judicial.