El ‘Camino del Peregrino’, otra chapuza de la TF-1
A simple vista, si usted transita a menudo por la TF-1 entre Santa Cruz de Tenerife y Arafo, habrá comprobado las carencias de la obra de ampliación de este tramo de autopista que, según el propio Gobierno, finalizó el pasado año, aunque no tengamos constancia de su inauguración oficial. La obra estaba previsto que durara cerca de tres años, pero se prolongó durante once. Probablemente nunca habrá visto encendidas las farolas de la vía, o al menos al cien por cien. Habrá visto crecer durante años la hierba y la maleza en las rotondas de los diferentes enlaces, y habrá comprobado también que hay puentes construidos que, literalmente, no conducen a ningún lado. Aunque no lo parezca, está terminada. La autopista la ejecutó el Gobierno de Canarias, sin embargo es el Cabildo de Tenerife el encargado de su mantenimiento, o por lo menos en parte. El propio consejero de Carreteras insular, el socialista José Luis Delgado, ha reconocido que la obra de ampliación de la TF-1 es un “fiel ejemplo de mala gestión”. Precisamente ese parece el motivo principal por el que el Cabildo se niega a recepcionar los enlaces y obras hidráulicas y medioambientales. Tampoco el Cabildo recibirá el Camino del Peregrino, un paseo peatonal en paralelo a la TF-1 que une la capital con Candelaria. Tal y como muestran las imágenes difundidas por MÍRAME TV (PINCHAR AQUÍ), este sendero presenta un latente estado de abandono criticado por los numerosos usuarios y vecinos que diariamente utilizan este camino para practicar deporte.
El trazado del Camino del Peregrino se difumina a medida que uno avanza desde Santa Cruz a Candelaria, de hecho, en algunas zonas ni siquiera existe el sendero, los peatones entonces deben caminar por los propios arcenes de la carretera. Se sabe dónde acaba, la Plaza de la Patrona de Canarias, pero no donde empieza. En la presentación del proyecto el Gobierno dijo que el trazado partiría desde el barrio de Ofra de Santa Cruz de Tenerife, en las proximidades del Hospital Universitario de La Candelaria, pero no se conoce con certeza el punto exacto. En la mayoría de zonas ha crecido en los laterales del sendero un importante volumen de maleza que hay que sortear constantemente. El trazado además se ha construido con asfalto, cemento o baldosas, materiales poco adecuados para caminar o correr. Las farolas de la propia autopista están instaladas a orillas del sendero y multitud de ellas están abiertas, con los cables a la vista, previsiblemente por el robo de cobre. Aunque estuvieran en funcionamiento esas farolas en ningún caso servirían para alumbrar el Camino del Peregrino, porque no cuenta con luminarias propias. El sendero, cuando cae la noche, queda completamente a oscuras. También se suceden, como se puede comprobar en las imágenes colgadas en el canal Youtube de MÍRAME TV, las alcantarillas sin sellar. En algunas de ellas se deja ver el cable de fibra óptica de color amarillo con el escudo del Cabildo de Tenerife. A todo eso hay que sumar la cuestionable seguridad del trazado. En muchos de los puntos negros no hay si quiera pasos de peatones y la señalización es muy escasa.
El sendero se construyó para facilitar la peregrinación a la Villa Mariana. Se presupuestó en 24,6 millones por el Gobierno canario dentro de las mejoras ambientales de la autopista y en una partida ajena al presupuesto proyectado para la TF-1 (superior a 77 millones de euros). La idea entonces era la recuperación ambiental del entorno de la autopista, pero un simple paseo por alguno de sus tramos muestra que lo que se ha conseguido es precisamente lo contrario. Según el director general de Infraestructura Viaria del Gobierno de Canarias, José Ventura Medina, el Camino del Peregrino “se encuentra finalizado de acuerdo al proyecto aprobado y ha seguido todos los trámites pertinentes, incluido el de exposición pública”.