La condena queda en suspensión durante un plazo de dos años, si el acusado no comete otro delito durante ese periodo
Canarias
12 abr. 2018

Dos años y medio de prisión para el anciano de Arafo que mató al ladrón que entró en su casa y maltrató a su esposa

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a dos años y medio de prisión al empresario tinerfeño Jacinto Siverio Moreno, de 85 años, como autor de un delito de homicidio atenuado con la eximente incompleta de legítima defensa, y a otros dos años de prisión como responsable de un delito de tenencia ilícita de armas, según una nota remitida por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, aclara que "la condena queda en suspensión durante un plazo de dos años, a condición de que el acusado no cometa delito durante el tiempo de duración de la pena". 

La resolución judicial dictada por el magistrado Fernando Paredes,  de acuerdo con el veredicto emitido por el jurado, declara probado que el 1 de marzo de 2015, sobre las 22:00 horas, Jonás Cano Ruiz (nacido el 7.3.1989, de 26 años de edad) y D. C. C. P. menor de edad al tiempo de los hechos, acudieron la finca Villa Carlota, en Arafo, con ropa oscura, guantes y, cubriendo sus rostros con unas caretas, que imposibiliaban su identificación.

Según el comunicado, uno de los asaltante, Jonás Cano Ruiz, llevaba una mochila en la que guardaba una pistola simulada y un formón.

Según la sentencia, después de saltar el muro exterior de la propiedad, entraron en una edificación anexa a la vivienda, en la que se encontraba Jacinto Siverio, entonces de 80 aós, y lo obligaron a abrir la puerta de acceso al domicilio.

El fallo continúa explicando que "el ruido alertó a la esposa del acusado y a su cuñada, que contaban que contaban con 69 y 64 años" y que se encontraban el interior de la vivienda. Cuando las dos muejeres "se asomaron a la ventana del dormitorio de matrimonio", los asaltantes rompieron una ventana con un palo y uno de ellos sujetó a Mercedes G. H, mientras que Carmen del Pilar G. H. se encerró en el baño. 

Mientras los ladrones exigían la entrega de dinero en efectivo a Mercedes G. H.,  Siverio fue la dormitgorio sacó un revólver marca Ruby del calibre 38, que tenía guardado en el armario..

Ya con el arma en su poder, regresó al hall donde se encontraba su esposa con los  asaltante e hizo un "primer disparo que impactó en el zócalo de la pared del hall y , un segundo disparo que impactó en el lado izquierdo del rostro de Jonás Cano Ruiz". Este impacto causó una herida de entrada por encima del labio superior, el proyectil le desgarró la yugular y salió or el lado dercho del cuello.

Según explica el TSJC, Jonás Cano Ruiz pudo llegar hasta el patio trasero de la vivienda, donde se desplomó y falleció "como consecuencia del shock hipovolémico sufrido".

La sentencia detalla que en el transcurso del asalto Jonás Cano Ruiz y C. C. P. encañonaron al acusado en la sien con una pistola simulada y le golpearon, por lo que sufrió diversos eritemas y heridas contusas, y agredieron a su mujer, que sufrió hematomas y erosiones en la rodilla derecha y en el tercio distal de la zona pretibial izquierda y fractura desplazada completa del hueso ganchoso carpiano. Estas lesiones le han dejado secuelas como trastorno de estrés postraumático y  un perjuicio estético ligero en la mano,además de  secuelas en extremidad superior, cintura escapular y artrosis postraumática.

Ante estas circinstancias, el juradoconcluyó que Jacinto Siverio realizó el disparo mortal "en defensa propia y de su esposa", pero matizó que, existían “otras alternativas posibles menos gravosas para impedir el riesgo real existente o que el acusado se representaba ante la situación de angustia y temor provocada por la actuación, sin previa provocación por su parte, de los enmascarados en el curso del asalto”, según recoge la sentencia.