De soldador de la refinería de Santa Cruz de Tenerife a cantante mítico de las Islas Canarias, Pepe Benavente es un icono de canariedad de proyección nacional. El año que viene, «si dios quiere», cumple 72 años y analiza junto a Manuel Artiles su situación actual: «Toda mi generación está viajando, con el Imserso, viajando, para allá y para acá; yo tengo que estar pendiente de si se me va el avión, a qué hora tengo que estar en el espectáculo… Eso no es vida».
Llegó a la conclusión de que ese ritmo de trabajo que llevaba no era saludable para él. «No puedo estar haciendo 20 eventos al mes. Entonces dije, señores, yo me voy a dosificar el próximo año, y si hacía 20 cosas pues ahora hago la mitad». Los rumores de su retirada los zanja con un «yo me retiraré cuando me muera», dejando claro que aún tendremos Pepe Benavente para rato.
Y continúa explicando que, si tuviera que dejar la música, cosa que en la actualidad no se plantea, a él no le gustaría que la gente se quedara con la sensación de que lo dejó porque «estaba hecho polvo», y pone un ejemplo reciente que vivió de cerca: «Una retirada a tiempo es un triunfo: yo en los Carnavales pasados vi a Wilfrido Vargas, agarrado a 2 personas… Yo quiero retirarme bien de salud para disfrutar de la vida».
Sus dos hijas y sus dos nietos, que confiesa que son los amores de su vida, y su mujer están muy pendientes de él, aunque Pepe Benavente se siente a la altura de cualquier joven. «Ojalá un joven haga la cuarta parte de las cosas que hago yo durante 1 mes. Yo he estado en 14 horas en tres islas, y en un día que tenido hasta 4 eventos».
