Padres de niños diabéticos se movilizan contra Sanidad
Padres de niños con diabetes tipo 1 se movilizarán el próximo viernes 15, a las 9:00 horas, ante la sede de Consejería Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias para mostrar su disconformidad por el anuncio hecho este martes por el consejero, José Manuel Baltar, de generalizar un sistema flash para mediar el nivel de glucemia en varios sectores de la población diabética de las Islas, entre ellos los escolares.
Según los padres, este anuncio "no corresponde" a lo que les comunicó el consejero el pasado noviembre y no es el conveniente para los diabéticos tipo 1 en edad escolar, por lo que reclaman que sean los endocrinos los que decidan qué pacientes requieren de un sistema de monitorización continua.
Los padres explican en una nota que los sistemas flash son dispositivos que se instalan en la piel del niño y mediante un receptor se recogen los datos de glucemia de manera inhalámbrica al acercar éste al parche. Dicho sistema reduce en gran parte el número de pinchazos en los dedos de los niños, aunque solamente cumple la misión de indicar la gluciemia con un margen de error temporal. No evita las hipoglucemias, al no detectar las tendencias de subidas y bajadas del niño, dejando al criterio de quien esté al cargo del mismo si tiene que administrar más cantidad de insulina o por el contrario disminuirla.
Por esta razón, añaden que deja al niño a “merced” de la enfermedad sobre todo durante la jornada escolar, razón por la que "vemos incoherente la postura de la Consejería de Sanidad que lo recomienda para rangos a partir de cuatro años, justamente cuando comienzan en el colegio".
Aclaran que los colegios no se hacen responsables del estado de sus alumnos diabéticos, dejando a la “buena voluntad del docente” si se quiere involucrar y hacerse cargo del niño durante las horas lectivas.
En su criterio, el sistema de monitorización continua, junto con la bomba de insulina, además de evitar los numerosos pinchazos en los dedos, reduciéndolos a dos diarios para ajuste del aparato, envía de manera continua los datos a la bomba, la cual puede ser programada para que suministre en todo momento la cantidad necesaria de insulina al niño, evitando desajustes de glucemia y alertando cuando hay tendencias nocivas para el niño.
"Esto le da al pequeño cierta libertad a la hora de estar en el colegio, ya que no tiene que estar pendiente en todo momento de su glucemia al hacer deporte, jugar, etc. Asimismo le da seguridad a los padres a la hora de dejarlos en el colegio sin el temor a una hipoglucemia grave que pueda tener graves consecuencias", aseguran.
Por otro lado, indican que el niño, al estar mantenido dentro de unos niveles óptimos de glucosa, mejora su calidad de vida, sobre todo de cara al futuro, ya que con este dispositivo se previenen de manera eficaz las consecuencias a largo plazo que provoca la diabetes, tales como problemas renales, cardiovasculares, retinopatías y un largo etcétera asociado a esta enfermedad.
Los padres admiten que el sensor de monitorización continua es sensiblemente más caro que los sistemas flash que están más extendidos ya que comienzan a ser sistemas “viejos” dentro de su funcionalidad, pero aclaran que mirando por el lado económico, utilizar estos sensores de monitorización continua es a la larga un ahorro para las arcas públicas, ya que el costo de tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y de atención de un paciente con enfermedades derivadas de la diabetes va a ser mucho mayor que el que pueda suponer dispensar estos sensores.
Asimismo, detallan que la mayoría de los diabéticos tipo 1 necesitan varias dosis de insulina diaria, para lo cual un sistema de medición contínua con bomba es lo más indicado para poder mantener lo más estable posible al paciente y reitera que por muchas mediciones que se puedan realizar con un sistema flash, la mejora de estos pacientes es infinitamente menor que con un sistema de medición continua, especialmente indicado para estos casos en otras comunidades autónomas españolas, así como en otros países europeos.
Los padres insisten en la necesidad de implantar sensores de monitorización continua especialmente en niños en edad escolar, que "se ven obligados en muchas ocasiones a asumir la responsabilidad de su enfermedad en el colegio, al no disponer los mismos de personal sanitario para su cuidado".
Por estas razones reclaman que "las autoridades sanitarias de canarias asuman la enfermedad, ofrezcan un plan terapéutico adecuado y presten un poco más de sensibilidad" y les recuerdan que quienes mejor conoce la evolución y necesidad de implantación de estos sensores son los endocrinos que llevan años tratando la enfermedad de sus pacientes y dejar que sea un comité de “expertos” el que decida si es adecuado o no es cuanto menos poco razonable, ya que los criterios que se aprecian se basan fundamentalmente en el aspecto económico y se deja para último lugar la calidad de vida del paciente.
Finalmente, recuerdan que un niño diabético será un adulto diabético, por lo que todo lo que podamos hacer ahora repercutirá de manera positiva o negativa en el futuro, evitando o dejando ocurrir otras patologías inherentes a la enfermedad, con el consiguiente costo en salud y económicos que tanto intentan proteger en el presente.