
La Asociación de Médicos de Atención Primaria de Canarias (AMAPCAN) alerta de las graves deficiencias del sistema informático Drago AP, utilizado en los centros de salud del archipiélago. Según los profesionales, este programa, gestionado por el Servicio Canario de Salud (SCS), presenta fallos estructurales que afectan directamente la atención y seguridad de los pacientes.
Los médicos señalan que el sistema es extremadamente lento, se bloquea con frecuencia y resulta poco intuitivo. En consultas de 7 a 8 minutos, entre 1 y 3 minutos se pierden esperando a que el programa responda, lo que dificulta enormemente la labor diaria de los profesionales sanitarios.
Además, las caídas frecuentes del sistema, que ocurren semanalmente e incluso a diario en ciertos periodos, impiden el acceso a las historias clínicas de los pacientes durante más de 30 minutos, retrasando la atención de al menos cuatro pacientes por intervalo. Esta situación aumenta el riesgo para la seguridad del paciente, ya que no se puede acceder a datos esenciales como alergias, patologías o resultados analíticos.
La gravedad se acentúa en los servicios de urgencias, donde estos fallos se multiplican y agravan aún más la situación. La imposibilidad de acceder a información clínica vital pone en peligro tanto la atención como la rapidez en la respuesta ante emergencias.
Los profesionales sanitarios también advierten sobre el impacto psicosocial que esta problemática genera. La imposibilidad de gestionar las consultas con garantías produce estrés y carga mental adicional, sin que ni la empresa ni el servicio de prevención hayan tomado medidas para mitigar estos efectos.
Ante esta situación, AMAPCAN reclama al SCS una actuación urgente e inmediata. «Es imprescindible invertir recursos para garantizar que el programa funcione de manera estable, ágil y fiable», apuntan, y añaden que la tecnología debe ser una aliada en la mejora asistencial, «no un obstáculo que ponga en riesgo nuestra labor y la salud de nuestros pacientes».
La asociación finaliza su comunicado matizando la importancia de que «la denuncia sea escuchada y atendida antes de que las consecuencias sean irreversibles para la salud pública y el bienestar mental de quienes trabajan en primera línea».