Los centros educativos de Canarias cuentan ya con un protocolo frente a episodios de altas temperaturas
El consejero de Educación, Poli Suárez, presentó este martes el protocolo marco para que los centros docentes de Canarias afronten con más garantías episodios de altas temperaturas como el ocurrido el pasado octubre, cuando tras varias jornadas de calor extremo, continuo y generalizado se optó por suspender la actividad lectiva en todo el archipiélago.
El protocolo ha sido remitido al Consejo Escolar de Canarias, donde están representados todos los colectivos de la comunidad educativa, y a los grupos parlamentarios, por si quisieran hacer aportaciones.
Este será adaptado a la realidad de todos los centros educativos no universitarios del archipiélago financiados con fondos públicos, por tanto, se incluyen los públicos y concertados.
Cuatro niveles y medidas
El protocolo establece la existencia de cuatro niveles, 0, 1, 2 y 3, que significan ausencia de riesgo, riesgo bajo, medio y alto. Además de las medidas de intervención ante los mismos, pudiendo aplicarse en cada nivel superior las medidas previstas en uno inferior.
El nivel cero (verde) implica temperaturas por debajo de 33 grados en la provincia de Las Palmas y 34 en la de Santa Cruz de Tenerife. Ante la ausencia de riesgos, no se prevén medidas específicas para esta situación, considerada como de normalidad.
El nivel 1 (riesgo bajo o amarillo) se activará cuando exista aviso amarillo y supondrá la difusión de información general y recomendaciones a la comunidad educativa y la aplicación de medidas ordinarias, debiendo autorizarlas el equipo directivo del centro.
Entre ellas, las que habitualmente recomienda Sanidad para estos casos: permanecer en lugares frescos, a la sombra o climatizados y usar espacios exteriores solo por causas de fuerza mayor, ya que hay altos niveles de radiación ultravioleta (UV). Por otro lado, reducir actividad física y deporte al aire libre en las horas más calurosas, beber con frecuencia, aunque no se sienta sed, con independencia de la actividad física realizada y evitando bebidas con cafeína, energéticas o azucaradas o ingerir comidas ligeras para reponer sales perdidas por el sudor.
Además, usar ropa ligera, holgada y transpirable, mantener persianas bajadas y abrir ventanas solo en las horas menos calurosas, refrescar el ambiente con los sistemas de ventilación existentes y, si fuera necesario, modificar espacios donde se imparten clases para un mayor bienestar de las personas.
Por último, en el nivel 1, las faltas de asistencia del alumnado vulnerable podrán considerarse justificadas siempre que se cumplan ciertos requisitos y se garantice el seguimiento de la actividad lectiva por los medios establecidos por el centro para escenarios de enseñanza no presencial.
El nivel 2 (riesgo medio o naranja) se traducirá una vez más, en la difusión de información y recomendaciones, pero también en medidas extraordinarias, con especial atención al estudiantado de riesgo o vulnerable, es decir, el alumnado de Educación Infantil o alumnado general con enfermedades crónicas o discapacidad.
Se podría aplicar la salida anticipada y opcional del alumnado del centro y la modificación del horario escolar y/o de actividades curriculares.
Ahora bien, la salida anticipada requerirá información al Consejo Escolar/Consejo Social y autorización posterior de la Dirección Territorial o Insular correspondiente. Autorizada la medida, deberá comunicarse al inspector de zona y a las familias de la forma establecida por cada centro, aunque nunca podrá realizarse antes de las 12.00 horas y sin autorización de los representantes legales del alumnado menor de edad, que realizará la recogida según procedimiento establecido también por el centro.
Por último, el nivel 3 (riesgo alto o rojo), supondrá, de nuevo, información general y recomendaciones, pero también la intervención directa sobre la población educativa vulnerable con la aplicación de una única medida excepcional, la enseñanza no presencial, cuya adopción exigirá los mismos requisitos previstos para la salida anticipada en nivel 2.
Para llevarla a cabo, los centros deberán tener previsto el cambio de la modalidad presencial a la no presencial de forma rápida y eficaz, contemplándose en sus programaciones. Incluso en ese último caso, de forma motivada, determinados grupos podrán seguir yendo a clase de manera presencial.
Todo ello estará siempre condicionado no solo por las circunstancias meteorológicas, sino por la localización de los centros y su estado.