Localizan a los culpables de un vertido ilegal de productos químicos en Gran Canaria
La Guardia Civil ha identificado a la compañía responsable de la descarga ilegal de 29 bidones que contenían sustancias químicas peligrosas en varios puntos de Gran Canaria. La alerta la dieron varios ciudadanos en tres ubicaciones distintas: dos en Las Palmas de Gran Canaria y una en el municipio de Telde.
El descubrimiento inicial fue posible gracias al aviso de una vecina, quien informó sobre 11 bidones vertidos en el Barranco de Gonzalo, en el barrio de Pedro Hidalgo, dentro de la capital grancanaria. Inmediatamente, agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) se trasladaron al lugar, confirmando la existencia del vertido. Algunos de los bidones presentaban fracturas, lo que provocaba que las sustancias peligrosas se filtraran al entorno. Entre los productos identificados se encontraban alcohol isopropílico, isocianatos y poliureas, compuestos utilizados en la impermeabilización, protección de superficies y fabricación de espumas de poliuretano.
Posteriormente, la Guardia Civil recibió más avisos de vertidos similares en otras dos zonas: el barrio de Los Giles en Las Palmas y el Barranco de La Condesa en Telde, en la zona de Jinámar. Con la confirmación de los tres puntos de vertido, los agentes abrieron diversas líneas de investigación para localizar a los responsables.
El Seprona, tras analizar el terreno y estudiar los residuos, inició un proceso de investigación que incluyó inspecciones oculares, análisis de imágenes y la búsqueda de posibles empresas que pudieran estar relacionadas con los productos derramados. Durante las pesquisas, se descubrió una empresa que operaba en un polígono industrial y que recientemente había comenzado a trasladar su actividad a otro lugar. En sus instalaciones se encontraron bidones similares a los vertidos, así como un vehículo sospechoso de haber sido utilizado para transportar los residuos.
La empresa finalmente reconoció su implicación en el vertido ilegal y asumió la responsabilidad, contratando a una entidad especializada en la gestión de residuos peligrosos para retirar los bidones bajo la supervisión del Seprona. Los agentes levantaron actas para remitirlas a las autoridades competentes.
Según las fichas de seguridad de los productos vertidos, estas sustancias podrían causar graves daños al ecosistema, en especial a los organismos acuáticos, generando efectos tóxicos a largo plazo. Además, su contacto con la piel o los ojos podría provocar quemaduras severas y lesiones graves, mientras que su inhalación podría desencadenar reacciones alérgicas o problemas respiratorios, como asma.
La empresa implicada se enfrentará a sanciones en virtud de la Ley 7/2022 sobre residuos y suelos contaminados, que considera el abandono y vertido de residuos peligrosos como infracciones muy graves. Las multas por este tipo de acciones pueden oscilar entre 100.001 y 3.500.000 euros.