La crisis de financiación pone en riesgo el cierre de un centro de acogida de menores migrantes en Teror
El centro D.E.M.E.N.A. Fincaventura, en Teror, que actualmente acoge a 50 menores migrantes, se enfrenta a una posible clausura debido a la falta de recursos económicos. Desde su apertura el 12 de agosto, no ha recibido financiación pública, lo que ha llevado a la institución al borde del colapso financiero.
Este centro forma parte de una crisis mayor en Canarias, donde más de 5.500 menores migrantes están bajo la tutela del Gobierno autonómico. La administración regional ha solicitado 150 millones de euros al Gobierno central para cubrir los gastos derivados de la atención a estos jóvenes, estimados en 14 millones. Sin embargo, aunque el Estado se comprometió a entregar 50 millones, estos fondos aún no han llegado.
La Fundación Canaria Cepsocial, que gestiona Fincaventura, asegura que solo disponen de entre 10 y 15 días antes de verse obligados a cerrar sus puertas.El centro acoge a jóvenes de entre 15 y 17 años que han llegado a Canarias tras sobrevivir a la peligrosa ruta migratoria por el Atlántico. Anteriormente, estuvieron en un centro ahora investigado por trata de personas y explotación laboral, pero en Teror han encontrado un lugar más seguro y estable. Sin embargo, la falta de fondos ha impedido que la fundación pague a sus 35 empleados en los últimos tres meses, lo que ha provocado renuncias de varios trabajadores. Hasta ahora, el presidente de la fundación ha cubierto más de 60.000 euros de su propio bolsillo, pero la situación es insostenible.
Alfonso Cabello, portavoz del Gobierno de Canarias, atribuye esta crisis a la "saturación de los servicios" y la falta de apoyo financiero del Estado. Aunque el Ejecutivo regional intenta cubrir los pagos "mes a mes", la falta de planificación a largo plazo está complicando la gestión de los centros.
El Ayuntamiento de Teror ha colaborado agilizando trámites de empadronamiento para los menores y cediendo instalaciones deportivas. Sin embargo, sin una solución financiera urgente, el centro podría dejar de ofrecer incluso lo más básico, poniendo en riesgo los derechos de los jóvenes a una acogida digna.