Greenpeace afirma que Canarias podría perder entre el 48% y el 80% de sus costas
Un informe reciente de Greenpeace, titulado "Crisis a Toda Costa 2024", alerta sobre el impacto devastador del cambio climático en las costas de Canarias. Según el documento, presentado este martes, el aumento del nivel del mar afectará a toda la costa de las islas para 2030 y podría resultar en la pérdida de entre el 48% y el 80% de las playas canarias hacia finales de siglo, dependiendo de la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe destaca que ningún tramo de la costa española, incluidas las Canarias, está a salvo de los efectos de la urbanización excesiva, la contaminación, y la construcción de infraestructuras artificiales como diques y puertos deportivos. Estas intervenciones han provocado graves desequilibrios, resultando en la erosión y desaparición de playas, que actúan como barreras naturales contra las inclemencias del clima, poniendo en riesgo a millones de personas que viven en estas áreas.
A esto se suman los efectos directos del cambio climático: aumento del nivel del mar, más frecuentes e intensos fenómenos meteorológicos extremos, calentamiento de los océanos y pérdida de oxígeno disuelto en el agua, exacerbando los riesgos existentes.
La NASA prevé que la subida del nivel del mar provocará la pérdida de playas en todo el litoral canario. Según la regla de Bruun, por cada centímetro de aumento del nivel del mar, la costa retrocederá un metro. Para 2030, incluso con las menores emisiones de gases, todas las islas canarias verán afectadas sus costas, con lugares especialmente vulnerables como Morro Jable y Corralejo en Fuerteventura, y Maspalomas en Gran Canaria.
El turismo masivo es otro desafío crítico para Canarias. Greenpeace subraya que el deterioro ambiental debido a la turistificación ha desencadenado movilizaciones sociales sin precedentes en la región. A pesar del elevado nivel de pobreza (33.8% de la población canaria está bajo el umbral de pobreza), nuevos proyectos urbanísticos siguen adelante, como los controvertidos hoteles en La Tejita y el Puertito de Adeje en Tenerife, que han provocado protestas en todas las islas.
La contaminación de las aguas es otro problema grave: en 2022, el 72% de los puntos de vertido de aguas residuales al mar no estaban autorizados. Además, los microplásticos están omnipresentes, con estimaciones de hasta 50 millones de partículas por kilómetro cuadrado alrededor de las islas, afectando gravemente la biodiversidad marina.
Greenpeace insiste en la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adoptar medidas de adaptación locales para proteger el litoral. Las soluciones actuales, como la regeneración artificial de playas, no son sostenibles a largo plazo. "Proteger y conservar las playas proporcionaría beneficios 150 veces superiores a los costos de permitir su deterioro", concluye el informe.