El circo en el que se ha convertido el CD Tenerife continúa. Tras la celebración, en segunda convocatoria, de la Junta General de Accionistas ha quedado demostrado una vez más, que cualquier serie de ciencia ficción de Netflix, se queda pequeña ante la situación institucional y deportiva que vive el equipo blanquiazul.
Un club que ha vivido de todo, con momentos inolvidables en lo deportivo y brillantes en cuanto a la gestión, y que ahora atraviesa el peor momento de toda su historia en todos los ámbitos y sentidos. Algo que quedó retratado una vez más este pasado martes.
Una Junta que debía servir para aclarar posturas, para quitar caretas, y para poner a cada un en su sitio, al final solo sirvió para escenificar que el CD Tenerife está herido de muerte. Con unos líderes y no tan lideres, accionarialmente hablando, que solo velan por sus intereses y su bolsillo, y no son capaces de centrarse en lo más importante, que es intentar salvar al Tenerife de una caída inevitable al abismo.
Garrido, con su nefasta gestión secundada por su secuaces Guerreo y Pozas, han sido los generadores de esta crisis que sabe Dios donde va a acabar. Pero los teóricos salvadores del proyecto, no han aportado ni un mínimo de esperanza con su trabajo en estos meses. Los que parecían que iban a salvar al Tenerife, ahora da la sensación que tampoco están preparados para esa labor.
Tengo la percepción que algo se nos escapa. Y ya sabemos que en las `guerras´ no siempre gana el más fuerte, ni el que más poder tiene, si no el mejor estratega. ¿Es Rayco García esa persona? Lo veremos con el paso de las próximas semanas, pero a día de hoy, lo dudo. Ojalá me equivoque.
Y mientras tanto deportivamente el equipo sigue hundido y sin rumbo. Y de esto también tengo muy claro quienes son los culpables. Algunos ya están fuera, al menos de momento, pero otros siguen sentados en sus despachos cobrando miles de euros. Cuantas equivocaciones y cuantos errores se han permitido, todas sin castigo, seguimos como si nada hubiera pasado. Lo triste es que estos indeseados, cuando todo esto acabe, seguirán con sus vidas como si nada hubiera pasado, y los únicos que sufrirán las consecuencias son los que de verdad aman al CD Tenerife.