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Emilia explicó en 'Fuerteventura al Día' cómo se ha desarrollado esta intervención voluntaria con la que espera evitar diagnósticos cancerígenos
Emilia explicó en 'Fuerteventura al Día' cómo se ha desarrollado esta intervención voluntaria con la que espera evitar diagnósticos cancerígenos

La vida después de una mastectomía

Emilia explicó en 'Fuerteventura al Día' cómo se ha desarrollado esta intervención voluntaria con la que espera evitar diagnósticos cancerígenos
19/07/2019

Emilia tiene 39 años. Nunca le han descubierto bultos en el pecho ni le han diagnosticado cáncer de mama. Sin embargo desde hace dos años mantiene una batalla sanitaria para convencer a los profesionales de la seguridad social pública que su vida sería más tranquila si se extirpa los senos y los ovarios.

Emilia se sometió a un examen de patrón genético cuyo resultado arrojó un 93% de posibilidades de mutación genética cancerígena. Enfrentarse a esta realidad fue sumamente duro para ella, mucho más cuando sus familiares cercanos habían fallecido por cáncer.

Así lo contó para Mírame TV Fuerteventura desde su centro de trabajo, una consulta médica en El Castillo, mientras esperaba la llamada más importante de su vida, la fecha en la que por fin pudieran intervenirla en un quirófano : “Los oncólogos no tuvieron que convencerme de los beneficios de hacerme una mastectomía radical. Para mi era y es la única opción de sobrevivir”.

Cuando a una mujer se le diagnostica esta enfermedad y se descubre a tiempo, la principal recomendación es realizar lo que los médicos llaman una cirugía conservadora, pero cada vez son más habituales los casos de mujeres que de forma preventiva deciden voluntariamente :  extirpar los senos y pezones, añadiendo un margen de seguridad para evitar el cáncer de mama. Hay otras, como es el caso de Emilia, que optan por realizarse una mastectomía bilateral (de ambos pechos) para que desaparezcan todas las probabilidades de tener que enfrentarse nuevamente a un diagnóstico parecido.

Para Emilia, por ejemplo, era muy importante explicar su vivencia a otras personas que vivan angustiadas con la posibilidad de ser diagnosticadas de cáncer: “Para mí curarme era hacerlo de dentro y también de fuera. Quería salir con el pecho reconstruido porque eso significaba cerrar el capítulo del cáncer. Hace falta un poco de fortaleza mental para asumir los cambios que se producirán en mi cuerpo una vez que me extirpen los ovarios”. 

El doctor Jaime Ospina del Hospital San Roque es el que ha ayudado a Emilia a salir de su operación de la misma manera en la que entró.