Una roca de aproximadamente 1,5 toneladas se desprendió el pasado 15 de abril de una ladera junto a la carretera TF-13 en Bajamar, impactando contra una vivienda y obligando al desalojo de una quincena de personas. Aunque no hubo heridos, la Asociación de Vecinos Gran Poder de Bajamar denuncia la inacción institucional pese a las advertencias previas sobre el riesgo de desprendimientos.
El suceso ocurrió en la tarde del martes 15 de abril, cuando una enorme roca se desprendió desde unos 300 metros de altura y cayó sobre una vivienda en la urbanización Neptuno, en Bajamar, municipio de San Cristóbal de La Laguna. El impacto causó graves daños materiales, aunque afortunadamente no se registraron víctimas.
Ante el riesgo de nuevos desprendimientos, las autoridades procedieron al desalojo preventivo de unas quince personas de las viviendas colindantes. Técnicos del Ayuntamiento de La Laguna y del Cabildo de Tenerife evaluaron la estabilidad de la ladera y la estructura de las casas afectadas.
La Asociación de Vecinos Gran Poder de Bajamar expresa su indignación por la falta de medidas preventivas, a pesar de las reiteradas advertencias sobre el peligro que representaba la ladera. En un comunicado, la asociación lamenta que «ni seguros, ni consorcios de seguros, ni ayuntamiento, ni cabildo, ni nadie, se hace responsable de quitar esa piedra, y cubrir los daños ocasionados».
El Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de La Laguna han mantenido una reunión para coordinar las actuaciones necesarias que garanticen la seguridad en la zona. El consejero de Carreteras del Cabildo, Dámaso Arteaga, explicó que los técnicos han identificado el origen del desprendimiento a más de 300 metros de altura y están trabajando en la creación de un modelo digital del terreno para simular posibles trayectorias de caída y determinar las soluciones más adecuadas.
Entre las medidas contempladas se encuentran la estabilización de los bloques inestables mediante redes ancladas al terreno y la instalación de barreras dinámicas o rígidas que impidan futuros desprendimientos. Además, prevén una próxima reunión con los representantes vecinales para informarles de las acciones previstas.
Los residentes de Bajamar, sin embargo, mantienen su escepticismo y exigen soluciones inmediatas que eviten nuevas tragedias. «Sabíamos que iba a pasar algo, llevamos años diciéndolo», afirman desde la asociación vecinal, instando a las instituciones a asumir responsabilidades y actuar con urgencia.
El incidente ha reavivado el debate sobre la seguridad en las laderas de la isla y la necesidad de implementar medidas preventivas eficaces para proteger a las comunidades vulnerables.
