El 40,4% de las personas que tiene un contrato temporal en 2009 logrará un contrato indefinido en los nueve años siguientes, aunque tardan de media 35 meses, casi tres años para obtenerlo.
De nuevo en este punto hay que destacar la brecha existente entre hombres y mujeres, ya que a pesar de que ha aumentado una décima el número de contratos a jornada completa, por cada contrato de esta tipología que firma una mujer los hombres firman a pesar de que los contratos indefinidos crecen, las tasas de temporalidad no descienden.
Especial hincapié en la que ha calificado como una tasa "muy baja de empleo entre jóvenes en edad temporal" (entre 15 y 24 años) que "casi nunca compatibilizan la actividad laboral con la formación" y que se sitúa en el 32%, "muy por debajo de la media europea" (41,7%).
Más preocupante si cabe teniendo en cuenta que el tipo de contratos que suelen firmar son temporales, al contrario de los contratos de las personas que se jubilan que suelen ser indefinidos. Y ha concluido que a pesar de que, como se ha señalado, sigue aumentando el porcentaje de personas ocupadas, hay 90.000 personas menos en edad de trabajar y se espera que para 2030 otras 95.000 les sigan, al tiempo que la población envejece. Un reto en el que las mujeres (que registran una tasa de actividad 10 puntos por debajo de los hombres) pueden ejercer un papel importante.
