Cruz Roja lanza la campaña #MiraQuienCuida para darles visibilidad con motivo del Día Internacional de las Personas Cuidadoras
Sociedad
05 nov. 2019

El 89 por ciento de las personas cuidadoras son mujeres

Cruz Roja lanza la campaña #MiraQuienCuida para visibilizar la realidad de las personas cuidadoras no profesionales con motivo del Día Internacional de las Personas Cuidadoras, que se celebra cada 5 de noviembre. El 89 por ciento de las cuidadoras son mujeres, según informa la institución.

 

El aumento en la esperanza de vida de la población implica que haya un incremento de personas en situación de dependencia, debido a que cada vez son más las personas mayores de 65 años y a que el envejecimiento y la dependencia están estrechamente relacionadas.

 

Nuestra sociedad se ha sostenido tradicionalmente en un modelo familiar de cuidados basado en la división del trabajo en el que tradicionalmente se ha delegado a la mujer la mayoría de las tareas relacionadas con los cuidados y la asistencia a otras personas ya que sigue siendo una tarea asignada a la figura femenina puesto que, en datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el 89 % de las personas cuidadoras en el año 2018 en España son mujeres.

 

Las mujeres de menos de 65 años, especialmente las de 45-64 años, contribuyen con más de la mitad de todo el volumen de cuidado (medido en horas) aportado por todos los cuidadores (55%).

Las personas cuidadoras no profesionales y la labor que realizan, queda muchas veces invisibilizada porque se realiza fundamentalmente en el ámbito del domicilio privado y se trata de una actividad no remunerada. En la conmemoración del Día de las Personas Cuidadoras (5 de noviembre), Cruz Roja lanza la iniciativa #MiraQuienCuida para visibilizar la realidad de las personas cuidadoras no profesionales y dar a conocer los servicios que realiza para apoyar a las personas que cuidan de otras personas.

 

Principales datos y cifras

  • Más de 9 millones de personas, del total de la población española, tienen más de 65 años (datos INE 2019)

  • Más del 16 por ciento de los hogares españoles vive con alguna persona dependiente (datos INE 2017)

  • Cruz Roja atendió en 2018 a más de 240.000 personas mayores, dependientes y cuidadoras desde diferentes programas.

  • Más de 42.000 personas voluntarias de Cruz Roja participaron en actividades con personas mayores en 2018.

Los cuidados continúan teniendo rostro de mujer. Así lo muestran los datos recogidos por Cruz Roja en relación a los proyectos dirigidos a apoyar a las personas cuidadoras no profesionales, según los cuales:

  • Más del 80% de las personas que cuidan son mujeres, la mayoría de ellas son familiares de la persona dependiente (hijas o esposas)

  • Con una edad superior a los 50 años.

  • Comparte domicilio con la persona cuidada.

  • Afronta su labor a diario.

  • Carece de ocupación remunerada.

  • Comparte este rol de cuidadora con otros roles familiares y no recibe ayuda de otras personas.

Aunque la labor de cuidados también reporta numerosos beneficios para las personas cuidadoras (sentirse útiles, adquirir nuevas habilidades y conocimientos, estrechar la relación con la persona cuidada, etc.) existen grandes dificultades que tienen que afrontar las personas en su día a día son, entre las principales destacan:

  • Desconocimiento de la dolencia que afecta al familiar y la forma en que se deben prestar los cuidados.

  • No contar con conocimientos ni habilidades desarrolladas para minimizar el impacto de los cuidados en la salud y bienestar de la persona cuidadora.

  • Dificultad para encontrar y disfrutar de momentos de descanso y tiempo libre, así como el autocuidado.

  • Dificultad para compaginar la vida cotidiana con los cuidados (trabajo, estudios, aficiones, etc.), así como para gestionar la dimensión emocional de los cuidados y los pensamientos erróneos (culpa, rencor, rabia e ira, soledad y aislamiento y tristeza).

  • No poner límites al cuidado, aprender a pedir ayuda y prevenir el síndrome del cuidador quemado.