En 'ALaContra' de La Opinión, los movimientos políticos entre partidos
Opinión
20 abr. 2015

Chaqueteros

¡Mándate una chaqueta!... pero a medida. Es lo primero que me vino a la cabeza hace unas semanas cuando leí en este mismo periódico un reportaje de mi compañera Ylenia Lorenzo que llevaba por título: Políticos que estrenan chaqueta en Tenerife. Una moda, por cierto, que se repite cada cuatro años. En esta temporada, sin ir más lejos, nos topamos con algunos ejemplos.

 

El ropero

Si hay un sitio donde cambiar de chaqueta se ha puesto de moda, ese es Tacoronte. Si no, que se lo digan a los cinco concejales socialistas que fueron expulsados del partido, tras romper la alianza con CC y presentar una moción de censura a Álvaro Dávila con el apoyo del PP. Estas rosas podadas (contra su voluntad) del PSOE concurrirán a las próximas elecciones, con Rodolfo León a la cabeza y bajo las siglas de Por Tacoronte, integradas en Por Tenerife, el partido de José Manuel Corrales, que de esto sabe un rato.

Que conste que no son los únicos del pueblo en acudir al ropero en busca de un partido que encaje en sus desmedidas ansias por continuar en la política. Otro fashion victim es Daniel Díaz, portavoz de Nueva Canarias en Tacoronte, el partido de Román Rodríguez, que hasta el otro día entonaba como nadie el Patria Canaria y ahora le ha dado por cantar el Sombras del nublo. El yerno de Miguel Concepción fue en el anterior mandato concejal de Urbanismo con la cazadora de CC y tras veinte años (siempre como joven de ATI, plan eterna juventud) pasó a lucir una preciosa chupa de NC a mediados de octubre de 2014, al entender que la situación en su partido era de "absoluto secuestro de la democracia". Vamos, que le pasó lo que a San Pablo: toda su vida persiguiendo a cristianos hasta que un día, en plena persecución, se cayó del caballo, se metió un zarpazo y pasó a convertirse en un ferviente creyente. Daniel se acostó siendo nacionalista de Tenerife y despertó siendo nacionalista de Gran Canaria. Igualito que Fernando Ríos, toda su vida siendo casta hasta que un día pasó a ser PODEMOS (donde no lo quisieron, aunque Ríos, eso sí, siempre está cerca de una puerta giratoria o próximo a un echadero).

En Santa Úrsula, tres cuartos de lo mismo. Los seis concejales rebeldes que dejaron el PP por discrepancias con la alcaldesa Milagros Pérez –algunos de ellos un poco vagos– concurrirán a los comicios de mayo ataviados con las siglas de Alternativa Democrática de Santa Úrsula. El sastre encargado del corte y confección de dicho traje no es otro que Juan Jorge Afonso, un referente de lealtad y afamado experto en moda política.

¿Y qué me dicen de José Juan Lemes? Hasta el otro día del Partido Popular, que sin previo aviso abandona las siglas y decide fundar Independientes por Arafo, como quien no quiere la cosa, un nuevo partido para presentarse a las próximas elecciones argumentando que no comparte las acciones aplicadas por el Gobierno de Rajoy, al perjudicar al municipio que dirige. Y de esto, el pobre hombre, se da cuenta a dos meses de acabar el mandato. Bueno Lemes, más vale tarde que nunca. Por cierto, el alcalde popular, convertido al nacionalismo de un golpe en la cabeza, acude a la cita del 24 de mayo de la manita de Ignacio González del CCN, un experto en lucir chaquetas.

Pero no siempre las chaquetas de los políticos se confeccionan en los talleres de sastrería o cuelgan en el interior de un armario a la espera de que alguien se la mande. Es el caso de San Juan de la Rambla, donde el diseño de la pieza de moda se cortó y cosió en la barra de un bar. Tomás Mesa encabezó de lista de los populares en 2011, convirtiéndose posteriormente en alcalde, hasta que en el 2014 su partido lo puso de patitas en la calle por cometer un delito contra la seguridad vial al conducir borracho como un chuso. Desde entonces, gobierna como no adscrito en el Ayuntamiento. Mesa irá a las elecciones bajo las siglas de Vecinos por Tenerife, partido que fundó junto al candelariero José Fernando Gómez, otro popular que resultó expulsado por pedir la dimisión de la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, por permitir el derribo del pueblo marinero de Cho Vito. Por lo visto, según me cuentan, Gómez y Tomás Mesa han terminado a la greña.

Agrupación Independiente Guanchera (AIG) se llama el nuevo partido de José Alexis Fuentes, hasta el otro día primer teniente de alcalde de La Guancha, que abandonó el año pasado CC por discrepancias con la alcaldesa Elena Luis y ahora irá a las elecciones con las siglas de AIG. También en el norte se da el caso de Pablo Estévez, que, tras pelearse con el PSOE (o los socialistas con él), será el candidato de Nueva Canarias en El Tanque.

Otra mujer de izquierdas, Ana Lupe Mora, exconsejera de Medio Ambiente en el Cabildo de Tenerife y exconcejal en el Ayuntamiento de El Rosario por el PSOE, ha presentado un nuevo partido, Vecinos por El Rosario. Recuerden ustedes que Mora fue suspendida de militancia por la Ejecutiva Federal (que debe ser algo así como el tribunal de la Santa Inquisición pero presidido por Marujita Díaz) al tener abierto un juicio oral por su gestión política en el llamado caso Varadero.

Pero quizá el caso más sonado de última hora, plan porque yo lo valgo como si se tratara de un anuncio de pelo Pantene protagonizado por Gustavo Matos, ha sido Unidos por Arona. Antonio Sosa y otros cuatro concejales del gobierno municipal aronero se han dado de baja de Coalición Canaria para integrarse en ésta nueva formación. Estos cuatro jinetes del Apocalipsis dan la espalda al nacionalismo "porque Coalición Canaria nos abandonó". Por lo menos eso decía el comunicado oficial que mandaron, el mismo en el que acusaban a la Dirección Insular de CC de "entorpecer" la cohesión en Arona, "permitiendo y propiciando comportamientos de miembros del Comité Local poco transparentes y generadores de situaciones de confrontación". La verdad es que tras leer el comunicado, uno llega a pensar que son gente decente, como si todos ellos no tuviesen nada que ver con el caso Arona, uno, el dos, el tres? y paro de contar.


Posdata

Cambiarse de chaqueta está de moda. O por lo menos eso parece, visto lo visto, cada cuatro años. Da igual nacer comunista y morir facha. Importa poco dormir agarrado a la tierna y cómoda almohada de la derecha y despertar entre las cálidas mantas de la izquierda. Lo importante no es ser, es estar. Y para permanecer siempre es necesario lucir una buena chaqueta. Ir a la moda. He dicho.