Activista de la ONG 'cierran´ tres playas porque el mar "no es una cloaca"
Tenerife
10 ago. 2018

Greepeace denuncia la grave contaminación de las aguas del litoral de Tenerife

Activistas de Greenpeace escenfican el cierre simbólico de tres playas de Tenerife para protestar por la “grave contaminación de las aguas que afecta de manera recurrente y desde hace años a la costa tinerfeña”. La acción de los ecolistas se ha llevado a caba en La Tejita y El Médano y la costa del Valle de Güímar, donde han esgrimidos carteles con leyedas como ‘Playa contaminada por urbanismo salvaje’ o ‘La playa no es una cloaca’. 

Según un comunicado de Greenpeace, es “intolerable” la contaminación de las playas por la “dejadez de las administraciones que no ponen medios para atajar el problema”. 

La organización exige poner freno al crecimiento urbanístico “desbocado” y el  cese de vertidos al mar que“amenazan la salud de la población y entornos naturales de gran valor”.

Este grupo ecologista resalta que las administraciones ya cierran las playas de forma recurrente desde hace años debido a los elevados niveles de contaminación, ya sea por la presencia de microorganismos potencialmente tóxicos como E. coli o cianobacterias, o por derrames de combustibles. Pero  recuerda que "los ecosistemas costeros, las playas y las especies que en ellas habitan no pueden escapar a las consecuencias de la contaminación".

Greenpeace insiste en que éstas, como el resto de playas canarias, son unas de las más visitadas de toda España por su enorme belleza, pero sufren contaminación recurrente, ya sea por vertidos de aguas residuales o por fugas de tuberías de combustible que abastecen las islas.

Además, recuerda que Güímar es un de los zonas que, según el Parlamento Europeo, incumple la normativa de sobre tratamiento de aguas residuales y por el que Españaha ha sido multada con 20 millones de euros.

La ONG detalla que ell tremendo incremento de construcciones humanas (viviendas, hoteles, polígonos industriales e infraestructuras), no ha ido paralelo a "suficientes sistemas de saneamiento para depurar la enorme cantidad de agua que se consume por el aumento de la población, especialmente en el periodo vacacional". 

Alerta también de que también que estas construcciones requieren de abastecimiento de combustibles fósiles que llegan a las islas mediante tuberías instaladas muchas veces en frágiles entornos naturales y que presentan importantes riesgos de vertidos.

Además, citia los datos del Gobierno canario, que contabiliza un total de 394 vertidos de aguas al mar, de  los que s 277 no están autorizados y, por lo tanto, vierten agua no depurada. Según explica Greenpeace, solo en Tenerife hay un total de 172 vertidos, de los cuales 113 no están autorizados.